Opinión Tecnología

Asesinando a Google Reader

Socio y Director Gerente de Hotel-Up, empresa de externalización de...

Te levantas un día cualquiera yGoogle Readerya no está. Es, como si de repente, ese temor que tenemos cuando disfrutamos de aplicaciones gratuitas se hiciera realidad y te preguntas qué ha pasado para que tan apreciado y útil servicio lo exterminen, sin más, de tu vida cotidiana.

Pasada la etapa de asombro empiezas a analizar la situación y las reacciones que ha generado en diferentes blogs yredes socialesla extinción de Google Reader.

Obviamente la valoración de esta herramienta dependerá de su uso y utilidad y en este sentido comulgo expresamente con el post deEnrique Dans cuando textualmente dice "la eliminación deReaderes un auténtico disparo en la línea de flotación".

No se trata de una actitud caprichosa. Es simplemente que Google Reader, a pesar de contar sin actualizaciones desde Noviembre 2011, es esa herramienta en la que pasas gran parte de tu tiempo no solo leyendo, clasificando o demorando información según tus intereses sino que te permite investigar de forma ordenada y concisa.

A un solo golpe de vista, a modo de titulares, eliges y desechas. Realmente, una herramienta insustituibleque, a día de hoy, no tiene sustituto que se le equipare aunque existan otras soluciones a las que podamos acudir para remediar el efecto de su ausencia.

Pero lo peor de todo y sin entrar en un discurso fatalista ni en una quizás justificada rabieta es la presumible y más notable justificación de su ausencia:la caída del uso del servicio.

En fin, parece que el modo en que evolucionamos consumiendoinformaciónenfatizando el foco de nuestra atención en lasredes socialesy su flaqueza frente a losdispositivos móvilesconvierten a Google Reader en un producto añejo, uno de esos ancianos tecnológicos recluidos al asilo de la memoria.

Y, en realidad, es como si mezcláramos de nuevo los conceptos ya que una determinada herramienta (Facebook, Twitter, etc) tendrá su utilidad según cómo responda a diversos tipos de necesidades, a su propia aplicación en el contexto que la situemos, a nuestravoluntaria decisiónde cómo consumir y usar la información.

Y en este sentido creo que se ha desestimado a sus incontables usuarios no primando el valor de la herramienta y su servicio sobre intereses económicos, de coste interno pero nunca sujeto a lafidelidadde un usuario adepto probablemente a más de un producto de Google.

Este golpe bajo, a pesar de sus conocidos recortes de primavera, podía haberse encauzado con un mínimo de estrategiaya quién sacrifica de modo tan exponencial la confianzade sus seguidores está llamado a perder enteros y ya se sabe que este tipo de cosas no suelen caer en el olvido por mucho y muchos que migremos a Feedly, por ejemplo, o recojamos miles de firmas para retornar a lo que no debió de haber ocurrido.

Creo sinceramente queGoogleha tirado piedras a su propio tejado porque ha puesto en peligro lapercepción de su marcaante el usuario pero, sobre todo, ese bien inestimable que debe regir las relaciones entre empresas y clientes: laconfianza.

Y esa es una pieza fundamental que no debe descuidarse a pesar de su incuestionable preponderancia.

Socio y Director Gerente de Hotel-Up, empresa de externalización de...
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