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El 38% de los menores de 2 años usa dispositivos móviles. Estos nativos digitales emplean los smartphones y tabletas para jugar, ver vídeos u otras actividades, tal como recoge el estudio de Common Sense Media, donde además refleja el gran aumento en este hábito por parte de estos niños desde 2011 (10%).
Los dispositivos móviles ya forman parte del día a día de los más pequeños de la casa. Nada menos que el 72% de los niños de 8 años utiliza un smartphone, tableta o algún aparato tecnológico similar.
El trabajo de Common Sense Media pone de manifestó que el uso de estos dispositivos entre los niños menores de 2 años está creciendo bastante más rápido que otros medios. Así, su exposición a la televisión se mantiene estable respecto a 2011 (66%), mientras que la visualización de vídeos DVD ha bajado del 52% al 46% actual. De otra parte, el uso del ordenador también ha aumentado significativamente, pasando del 4% en 2011 al 10% actual.
Un aspecto a tener en cuenta del estudio del comportamiento de estos early adopters es que el tiempo de exposición a estos dispositivos se ha triplicado en apenas 2 años. En 2011 los niños de hasta 8 años utilizaban los dispositivos móviles una media de 5 minutos al día; en la actualidad este periodo ha aumentado hasta los 15 minutos diarios.
El consumo de contenido digital a edades tan tempranas puede ser muy beneficioso para su desarrollo, gracias al uso de las aplicaciones educativas, aunque también puede tener connotaciones negativas. Los padres deben vigilan de cerca la actividad que realizan sus hijos, controlar el tiempo de exposición, y participar de esa actividad educativa; dado que la tecnología en ningún caso sea un sustituto de los padres, no puede ejercer de niñera virtual, como recurso para tenerlos entretenidos, sino una actividad monitorizada. La preocupación sobre la influencia de estos dispositivos en el desarrollo de la infancia por parte de la Academia Americana de Pediatría les lleva a desaconsejar su uso para los menores de 2 años. Ésta podría ser una medida extrema, dado que, con el adecuado control, la tecnología puede resultar un refuerzo positivo en su crecimiento.
De otra parte, es importante controlar el contenido al que están expuestos los más pequeños, de tal modo que no utilicen juegos o aplicaciones que creen dependencia; sino con un elevado componente educativo, adecuado a su edad. La tecnología es un elemento muy provechoso para la educación, pero, mal utilizada, puede fomentar hábitos no deseables.
