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El boom del internet de las cosas empujará a las empresas a los servicios digitales

La inversión global corporativa en el internet de las cosas alcanzará en 2020 los 500.000 millones de dólares

Por Redacción - 18 Septiembre 2014

El internet de las cosas es la gran tendencia de futuro en cómo la red va a cambiar la vida de los consumidores. La adopción del hogar conectado (en realidad del todo conectado) creará nuevas oportunidades para las empresas que sepan estar alerta y modificará de forma posiblemente irremediable las pautas de consumo de sus clientes. Según un estudio de Gartner, en 2020 los hogares tendrán una media de nada más y nada menos que 500 dispositivos conectados, que irán desde el smartphone que ya es casi obligatorio hasta la lavadora o la aspiradora, que sabrán que tiene qué hacer y que podrán incluso actualizar sus programas de funcionamiento en la nube.

Los consumidores están cada vez más receptivos a esta tendencia, con estimaciones, según un estudio de Accenture, de que el 69% de los consumidores se haga de forma próxima con un dispositivo inteligente de los que forman parte del ecosistema del internet de las cosas.

¿Qué supondrá por tanto para las empresas esta revolución en las pautas de consumo? Un estudio de Accenture permite concluir algo determinante para las empresas: el internet de las cosas va a generar una necesidad de nuevos servicios digitales. Los consumidores tendrán todos esos dispositivos conectados y a las empresas no les quedará más remedio que llenarlos de oferta. Además, los terminales serán una nueva fuente de datos, que permitirá saber de forma mucho más realista qué quieren los consumidores y qué hay que ofrecerles para cubrir esas necesidades.

Según las estimaciones de la consultora, la inversión global corporativa en el internet de las cosas alcanzará en 2020 los 500.000 millones de dólares, unos 386.000 millones de euros. La cifra es bastante espectacular pero todavía resulta más si se compara con el dinero que estas herramientas y todos sus derivados se llevaban hace solo dos años. En 2012, las empresa solo invertían en el internet de las cosas 20.000 millones de dólares, unos 15.500 millones de euros, lo que hará que en solo ocho años la inversión crezca en un 2.400%.

Las nuevas aplicaciones de estas herramientas son muchas. "Las compañías industriales han suplementado sus ingresos por producto durante largo tiempo con los servicios", explica Paul Daugherty, chief technology officer en Accenture. "Pero los innovadores, las compañías que entienden que todo negocio en un negocio digital, están usando esta tecnología para crear productos-servicio híbridos que proveen de nuevas oportunidades de crecimiento y marcan el camino para los pioneros de la nueva generación de productos industriales", añade. Accenture pone como ejemplo a las empresas de la industria de la automoción, que han conseguido reducir problemas como los fallos de producto usando una aproximación vía dispositivos inteligentes.

Pero las aplicaciones no se limitan solo a eso: los servicios digitales y lo que las empresas pueden hacer aplicando el internet de las cosas son mucho mayores. La cuestión es ser únicamente imaginativo y creativo para descubrir todo su potencial. Las empresas pueden crear servicios digitales a medida y pueden dirigirlos hacia la creación de nuevas oportunidades de negocio: pueden conocer mejor que nadie a sus consumidores y pueden ofrecerles antes que nadie sus propios productos.

Cambios en la fuerza de trabajo

La atención al cliente no será, por ejemplo, como es hasta ahora, porque las marcas sabrán cuáles son los problemas de sus consumidores al mismo tiempo que ellos, incluso antes. Las empresas podrán adelantarse a sus clientes y solventar sus problemas antes de que sean realmente molestos, haciendo que su marca se beneficie de un caudal de imagen positiva sin parangón.

Pero no solo cambiará cómo se atiende a los consumidores, el internet de las cosa, alerta Accenture, también creará cambios en las estructuras de trabajo en las empresas. Algunos trabajos desaparecerán porque la automatización de las acciones y el potencial de los dispositivos conectados los harán innecesarios. Otros, por el contrario, emergerán al calor del internet de las cosas, ya que las empresas necesitarán más profesionales expertos en realidades como el desarrollo de software, data scientist, las ventas y, por supuesto, el marketing.

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