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Por Redacción - 24 Junio 2015
Las empresas y las marcas cuentan con una enorme desventaja a la hora de poder definir la identidad digital de los usuarios, puesto que este indicador está determinado por un conjunto de prácticas, de las cuales forman parte desde los datos procedentes del correo electrónico hasta sus perfiles en redes sociales. Una marabunta de nombres, contraseñas y datos de los usuarios que se erige como un verdadero reto para los vendedores.
En este sentido, el último estudio de eMarketer sostiene que avances tecnológicos como el Internet de las cosas, la biometria o los weerables podrían servir como puntos de convergencia para que las marcas definieran la identidad digital de los usuarios a través del análisis que esta tecnología permite hacer de las interacciones más personales de estos. Todo ello, hará además posible que las marcas puedan también "seguir al consumidor" a todas partes.
En concreto, el análisis llevado a cabo por eMarketer señala que uno de los elementos que facilitará a las marcas definir la identidad digital de los usuarios es el Internet de las cosas. Ello se debe a que cada vez son más los productos tecnológicos que cuentan con sensores y son conectables a la red de redes, muchas veces ni siquiera requiriendo utilizar pantallas.
La postura de esta compañía es compartida por otros expertos pertenecientes al universo del marketing online. Es el caso de la compañía GSMA Intelligence, que se muestra convencida de que en los próximos cinco años las conexiones M2M, es decir, entre dos máquinas móviles, se triplicará entre 2015 y 2020, representando esta relación el 10% del total de conexiones móviles, que estiman que será de 980.000 millones dentro de cinco años.
Pero, ¿a qué se refieren los expertos con conexiones móviles M2M? En concreto, esta empresa define este indicador como "la próxima oleada de teléfonos inteligentes, tablets y aparatos electrónicos de consumo, de los que formarán parte vehículos monitores y sensores del hogar y del trabajo equipados con este tipo de comunicaciones". En resumidas cuentas: productos digitales que se comunican entre sí.
Internet de las cosas, según los vendedores
Sin embargo, la incidencia del Internet de las cosas no es un indicador del que se hayan ocupado únicamente los expertos en marketing online. Y es que para los vendedores de productos y servicios el Internet de las cosas también presenta un efecto significativo en sus negocios.
Así, en una reciente encuesta de noviembre de 2014, llevada a cabo por The Economist Intelligence Unit, el 51% de los vendedores creía que el internet de las cosas tendrá una mayor incidencia en su profesión en 2020. Este indicador fue el más citado por los participantes en el estudio de esta organización, por delante de la realidad aumentada (26%), la tecnología wereable (29%), o la posibilidad de personalizar las transacciones móviles (50%). Por su parte, solo el 13% de los encuestados se mostraron preocupados por el efecto futuro que podía tener este tipo de tecnología sobre la privacidad de los usuarios.
El reto de las marcas
En este sentido, Martin Gilliard, responsable de AdTruth, sostiene que el Internet de las cosas aporta una nueva dimensión a los desafíos que se les presentan a los vendedores, especialmente determinado por el uso de los teléfonos móviles. En esta línea, Gilliard confirmó que estos dispositivos serán capaces de crear diferentes señales a los clientes y sugirió que las marcas tienen que apostar por ser capaces de analizar esa información y adaptarla a sus objetivos empresariales.
Por su parte, Schler, de Sizmek, confirmó que el Internet de las cosas cambiará la relación de la manera actual en que los vendedores y los anunciantes tienen de comunicarse con los usuarios. Así, sostuvo que el reto para las marcas se encuentra en la gestión eficaz de los datos por parte de estas, pues los consumidores pasarán de tener entre cinco y diez dispositivos tecnológicos personales a decenas de ellos. De ahí que sugiera que la biometría se configurará como una alternativa eficaz al análisis de todos los datos que estos dispositivos generarán en torno al comportamiento de los usuarios.
