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Empresa rica, empresa pobre: ¿Los dos escenarios distantes de la inteligencia artificial?

Por Redacción - 14 Septiembre 2017

Si algo ha quedado claro a quien haya leído a analistas, medios especializados y expertos en los últimos tiempos, es que la inteligencia artificial va a cambiar las cosas. El desarrollo de la inteligencia artificial la ha puesto en una posición destacada como uno de esos elementos que funcionan como game changers. Habrá un antes y un después de la entrada en el terreno de juego de la inteligencia artificial. La IA modificará la atención al cliente, la construcción de mensajes, la velocidad de respuesta o hasta el modo en el que se sirve la publicidad. Para las empresas, las opciones parecen casi infinitas y esta tecnología se ha convertido en una especie de gran promesa de cambio y de mejora.

Pero por supuesto la inteligencia artificial tiene una cara b, arrojando también cuestiones más sombrías y mucho menos positivas. Es algo que ocurre con prácticamente todas las tecnologías que han ido apareciendo y que han ido cambiando las cosas en los últimos años. Su potencial es muy elevado, pero quienes toman las decisiones y quienes analizan la situación no se pueden quedar solo con eso porque puede que la tecnología no esté realmente al alcance de todos. Y ese puede ser uno de sus grandes problemas.

La cuestión ya apareció como en el momento del boom del big data como uno de los grandes problemas que podrían lastrar su desarrollo y, sobre todo, como uno de los elementos que podrían generar situaciones complejas. El big data, alertaban algunos expertos, podía crear un mundo a dos velocidades, en el que unas empresas competían a un nivel y otras a otro y en el que las condiciones de juego no eran exactamente iguales. Implementar herramientas de big data costaba dinero, pero también implicaba contar con una base de datos que no todas las compañías podían conseguir. Se producía, por tanto, un equilibrio complicado entre unas y otras.

Y eso es lo que podría pasar también con la inteligencia artificial. No todas las empresas están en la misma situación y no todas las compañías tienen los mismos recursos para invertir en ella. La inteligencia artificial y su aplicación dentro de la empresa requieren que la compañía tenga visión de futuro, pero también que sea capaz de crear un equipo para trabajar en ello y que tenga la capacidad económica para hacerlo. Y eso es algo que no todas las empresas pueden hacer.

Empresa rica, empresa pobre

De hecho, el desequilibrio empieza ya en las intenciones, o al menos eso es lo que está pasando ahora mismo en la inteligencia artificial. No todas las empresas tienen el mismo interés ni están mostrando la misma voluntad de trabajar con la inteligencia artificial y quienes están mostrando los mejores datos son las empresas con mejores resultados. Las compañías a las que les va más bien son las que se muestran interesadas por la inteligencia artificial y las empresas del montón son las que se están manteniendo al margen.

Eso es lo que acaba de demostrar un estudio del IBM Institute for Business Value. Según sus conclusiones, las compañías que funcionan por encima de la media en términos financieros son las que están más preparadas para esto. Un 88% de estas empresas asegura que está lista para la inteligencia artificial y para trabajar con ella. La media general de las empresas es del 57%.

También cambia el modo en el que ven el futuro. Un 91% de las empresas ricas considera que la inteligencia artificial será importante, frente al 64% de media de todas las empresas. Ellos ven al mercado de la IA más maduro de lo que lo ven los demás y, de hecho, la mitad de estos jugadores ya ha empezado el proceso.

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