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Las redes sociales se han integrado en nuestro día a día como una forma de comunicarnos, de compartir y obtener información en tiempo real. Una realidad que, inevitablemente ha llegado hasta nuestro entorno laboral, pidiendo paso para posicionarse como una herramientao de trabajo más.
Un hecho que no está exento de ciertos riesgos, dado el carácter personal y privado implícito de las redes sociales. Por ello, VenturaBeat ha trasladado su inquietud a los usuarios, animándoles a compartir su experiencia y opinión acerca del uso de las redes sociales en el trabajo, a través de una encuesta, de la que se desprenden algunas interesantes conclusiones.
Las redes sociales ya se utilizan en el trabajo. Tanto los jóvenes de entre 18 y 35 años como los mayores de 50 se conectan de forma habitual a sus perfiles sociales durante la jornada laboral.
Constituyen una gran herramienta laboral. Los datos de VenturaBeat indican que Linkedin (19,9%) y Facebook (19,7%) forman parte de la actividad diaria en la empresa; constituyen un requisito imprescindible para el desarrollo de la actividad laboral. También está muy presente el papel de Google (19,5%), especialmente debido a la gran cantidad de aplicaciones y servicios relacionados con Google. Desde el correo electrónico hasta el calendario o el trabajo en la nube puede tener el sello de la gran G en la empresa.
No podemos olvidar el papel de Twitter. El 18,2% de los encuestados ya emplea esta plataforma de microblogging entre sus herramientas de trabajo. Además, un 19,8% de ellos afirma que su empresa le anima a utilizar Twitter, como vía para difundir información sobre la empresa. Asimismo, no podemos dejar de lado el potencial de Twitter a la hora de conectar con los clientes y monitorizar la conversación en torno a la marca.
Las empresas no obligan a sus empleados a utilizar sus cuentas personales en la empresa. Solo el 17,2% de los encuestados reconoce que su jefe le pide que haga uso de sus perfiles privados a la hora de interactuar en las redes sociales, mientras que un aplastante 57% lo niega rotundamente.
La integración de las redes sociales en el trabajo puede suponer una pérdida de privacidad. Más de la mitad de los encuestados (52,3%) no es consciente de los riesgos de compartir sus perfiles personales con la empresa. A la hora de hacer un uso profesional de los perfiles sociales privados, conviene desarrollar una completa política interna de redes sociales. El respeto a la privacidad de los empleados y su derecho a preservar su intimidad deben primar por encima de los intereses de la empresa. El 45,7% de los encuestados exige un mayor respeto a su privacidad online,
Los clientes pueden conocer vía online información tan privada comoel nombre de los empleados de la empresa. Las empresas reflejan públicamente datos de contacto e información de sus empleados, a través de su web. Se trata de un modo de dar a conocer el equipo humano de la empresa, facilitar el acercamiento y mostrar el lado más personal de la empresa. Así, un tercio de los encuestados incluye el nombre de sus empleados en la web corporativa de la organización, junto con el mail de contacto (25,2%), su foto (23,4%) y en ocasiones el enlace a sus perfiles sociales (9,1%).
Por tanto, las redes sociales son una importante herramienta laboral, que hay que saber utilizar. Tanto la empresa como los empleados han de ser conscientes de los riesgos que implica utilizar estos canales, especialmente en cuanto al respeto por la privacidad. Por ello, la empresa ha de respetar el que los empleados no deseen compartir sus perfiles personales con la empresa, ni utilizar sus cuentas privadas con fines laborales. Es recomendable, entonces, crear nuevos perfiles, exclusivamente de ámbito empresarial, dirigidos a fomentar la comunicación interna y las interacciones con los clientes.
En cuanto al uso de sus cuentas personales, al margen de la organización, los empleados han de ser conscientes de que todo lo que comparten es público, y puede dañar su imagen, tanto a nivel personal como de empleado. Por ello, es importante pensarlo dos veces antes de publicar y valorar las consecuencias de exponer públicamente nuestra parte más privada.
