Noticia Redes Sociales

Las marcas quieren convertir a lnstagram en un escaparate de productos

Los anuncios se convierten en la nueva vía para llevar el ecommerce a Instagram

Por Redacción - 14 Abril 2015

Instragram es uno de los crecientes puntos de interés de las marcas. Las compañías han descubierto el poder que esta red social tiene en cuestiones de engagement y están deseosos de aprovechar el tirón que tiene para sacarle el mejor partido en cuestiones de marca. Las empresas se abren perfiles, comparten contenidos y potencian las interactuaciones en la red social. Y muchas de ellas están intentando aprovechar su tirón para conseguir posicionar sus marcas a otros niveles.

Algunas de las marcas que han conseguido tener un elevado impacto en Instagram son las que están relacionadas con el mundo de la moda. La razón de esta situación es bastante clara. Instagram es una red social visual y la ropa y las tendencias son muy fácilmente compartibles en la misma, ya que son adaptables sin grandes problemas al cómo se habla en la misma. Las marcas de moda fueron también las primeras que supieron ver más allá del simple me gusta y las que intentaron convertir la plataforma en un canal de ecommerce. Se convirtieron en las pioneras, empleando aplicaciones que dotaban de otra capa de contenido a Instagram. Solía jugar con herramientas de suscripción que enviaban alertas a los consumidores cada vez que aparecía algo que les gustaba para que pudiesen dirigirse directamente a la web de la compañía y comprarlo.

Las herramientas de terceros - junto con apuestas imaginativas como una línea de teléfono para atender a estas peticiones de compra - también fueron por lo que apostó el retail cuando se lanzó a vender en Instagram.

Y ahora las marcas están aprovechando los nuevos anuncios de Instagram para convertir la red social en una plataforma ecommerce. Los anuncios pueden ser linkados a la página de producto que la marca desee, por lo que las compañías pueden sin grandes problemas unir cada foto directamente al producto que quieren vender. De este modo, los anuncios funcionan como un escaparate de productos que los consumidores encuentran y pueden comprar. Las marcas solo tienen que afinar la selección de lo que quieren mostrar. Instagram no les permitirá añadir un botón de comprar directamente a la imagen, pero sí linkarla a un carrito de la compra (y por tanto conseguir que funcione en realidad como un botón de compra).

La primera marca que se ha lanzado a emplear los anuncios de Instagram como plataforma ecommerce es, como publica AdWeek, Banana Republic. La firma no será la última y posiblemente tendrá más opciones en el futuro. Como explican fuentes de la industria al medio estadounidense, Instagram quiere lanzar nuevos formatos en el futuro que se ajusten a diferentes necesidades aunque, por el momento, la red social va poco a poco. Como estos anuncios están modificando de forma bastante notable la experiencia de uso, la red social está intentando ser cuidadosa en el desarrollo de los mismos.

Los anuncios en Instagram no son, de todos modos, baratos. Según fuentes de la industria, las marcas están pagando unos 200.000 dólares por estos primeros anuncios en imágenes y el CPM de los vídeos está en cantidades tan elevadas como 30 dólares.

Social commerce, ¿una revolución posible?

Convertir el éxito en las redes sociales en ventas directas en ecommerce es una especie de sueño recurrente en la industria, aunque uno que ha tenido una suerte irregular. Las redes sociales influyen en las decisiones de compra, como han ido demostrando varios estudios. Las opiniones en Facebook hacen que los consumidores tomen decisiones de compra en una o en otra dirección y se dejan influir por lo que sus amigos hacen o dicen para sus propias adquisiciones. Pinterest es un gran escaparate en el que los productos mostrados se convierten en una especie de lista de deseos.

Pero las experiencias para embeber el proceso de compra en algunas de estas redes sociales, como sucedió en el caso de Facebook, no funcionó tan bien como podría haberse pensado. La gente no compraba directamente en Facebook y los esfuerzos de las marcas por posicionar estos servicios no acabaron de cuajar. ¿Conseguirán las nuevas redes sociales una mejor aceptación como escaparate para las compras?

Lo cierto es que el punto de partida ya es diferente. Los consumidores van a ellas para ver muchas veces productos y la experiencia genera muchas veces el deseo de "lo quiero". Es lo que ocurre por ejemplo en Pinterest, que se ha convertido en el espacio en el que muchos buscan las cosas que les gustan y que por tanto querrían tener.

¿Está por tanto al caer una nueva vida para el social commerce?

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