De todos aquellos empresarios que a lo largo de estos años o meses, han hecho dar el salto a sus empresas dentro de las redes sociales, una buena parte
de ellos, no cree realmente en el potencial de estas herramientas. Están allí llevados por la fuerza de la ola, o incitados por consultoras con más
bien pocos escrúpulos.
Sin embargo, estas mismas agencias no le han advertido a estas empresas que están poniendo encima de ellas una mochilla que ahora deberán cargar y
soportar estoicamente, sin haber entrenado antes para llevarla sin esfuerzo.
Hace
poco escribí una conversación mitad verdad mitad mentira, con un empresario que cayó en esta trampa.
Los beneficios de estar de manera correcta, ya los has leído en un sinfín de oportunidades. Pero pocos te cuentan que estar no creyendo en lo que
haces, o haciéndolo mal, puede significar, además de una pérdida de tiempo y dinero, un riesgo muy grande para tu empresa y su imagen pública.
Aún a riesgo de parecer extemporáneo, te propongo dejarte algunos consejos que analices en voz baja, para saber si tu empresa es lo suficientemente
social como para dar el salto.
-
Es tan riesgoso “vender” mucho como no vender nada: como siempre, el equilibrio justo es difícil de conseguir, pero debes entender
que la gente no está dentro de las redes sociales para que invadas su espacio con tus promos y autobombo. Sin embargo, si tienes una oferta de la
que puedan beneficiarse tus seguidores, no está mal publicarla. ¿Cada cuánto? tu sentido común te lo debería poder contestar, pero 9/1 no es una
mala regla. Cada 9 actualizaciones de interés, 1 relacionada con tu empresa.
-
¿Has hecho tu simulacro de crisis? Si la velocidad de las redes sociales no te han dejado espacio para la reflexión, te recomiendo
que más pronto que tarde, dediques un tiempo para apuntar en un papel, aquellos errores que sabes muy bien que estás cometiendo. A cada uno de
ellos, ponle por escrito y de la manera más sincera posible, una respuesta. Además, deberías plantearte si cada uno de esos puntos, tiene o tendrá
una solución a futuro. ¿Y para qué caer en este acto de masoquismo? Porque ten por seguro que en cuanto abras tus perfiles en las redes sociales,
alguien te lo echará en cara. Y lo peor que te puede pasar es que no respondas a esa inquietud de tus clientes.
-
No exageres: si eres una pyme, dando tus primeros pasos en las redes, no tienes porque estar en TODAS las plataformas. Basta con
que hagas un análisis de dónde está tu público objetivo y asignar tus recursos a esa red. De a poco, podrás ir sumando otros perfiles y analizando
sus resultados para destinar más tiempo a aquellas que te sean más rentables.
-
Monitoriza sólo lo que sea útil: lo bueno de las actividades en Internet es que todo se puede medir. Y lo malo de Internet es
exactamente eso. Es tal la cantidad de datos que se pueden extraer de tus acciones en redes sociales que si te dedicas a verlas todas, necesitarás
días de 30 horas. Márcate unos objetivos y extrae sólo los datos que te sean útiles para ver si estás consiguiendo esos objetivos. Todo lo demás,
es ruido.
-
Integra a tu mejor cliente: ¿Qué quién es tu mejor cliente? Tus empleados. O por lo menos, deberían serlo. Si vas por las redes
declarando lo “social” que es tu empresa, pero después tienes bloqueados los accesos a las redes a tus empleados; algo no cuadra. Debes establecer
una política de uso de sus perfiles privados, que pueda integrarse de manera natural, dentro de los objetivos generales de la empresa y formar un
equipo. El ejemplo perfecto de esto es TwelpForce de Best Buy.
-
Implícate de manera directa: no vale de nada todo lo que hagas si luego delegarás toda la responsabilidad en un community manager
sin soporte. Puedes tener al mejor experto en redes sociales, pero si no le brindas apoyo corporativo para poder responder, y presupuesto para
poder actuar, nada dará resultado. Como dueño de la empresa, debes ponerte al frente de todo lo que se haga en las redes sociales. Nadie conoce
mejor que tú la historia y los objetivos de tu empresa.
-
No trates de ser lo que no eres: ¿qué obviedad, no? Sin embargo, vemos todos los días empresas mostrando en las redes, algo que ni
de lejos representan en el mundo real. Más allá de no respetar la verdadera imagen de tu empresa, impulsarás al cliente a una decepción segura, que
te significará, una también casi segura crisis de reputación en las mismas redes donde has mentido sobre tu naturaleza.
-
Ten paciencia: este es mi consejo más importante. Ahora la desesperación es medir el ROI (retorno de la inversión) de todas y cada
una de las acciones en redes sociales. Sin embargo, independientemente del retorno económico que puedas conseguir con tu presencia, debes entender
esto como un cambio de paradigma, donde lo que estás haciendo es cambiar el estilo de comunicación. Existen parámetros de sentimiento y percepción
de marca, que son imposibles de medir en números.
En mis conferencias siempre digo que más allá de lo complicado que quieran hacértelo ver, para transformarte en experto en redes sociales sólo
necesitas tres cosas: ganas, sentido común y buen gusto.
¿Tienes esas tres cosas? Adelante. Fórmate con alguien de confianza que te de las bases para hacerlo de manera correcta, y todo lo demás viene solo.