Artículo Social Media Marketing

¿Por qué las marcas se han vuelto locas con los emoticonos?

Los consumidores señalan, además, que son mucho más receptivos a los emoticonos que a otro tipo de mensajes

Por Redacción - 19 Julio 2016

Hubo un tiempo en el que los seres humanos eran capaces de comunicarse sin incluir un emoticono para señalar el subtexto de lo que estaban diciendo. Uno podía adivinar que se estaba hablando en broma, que se estaba enfadado o triste ante un tema o que no se estaba muy conforme con una decisión sin que alguien metiese por el medio una carita sonriente, una carita triste o una directamente ahogada en lágrimas. Las cosas han cambiado. No solo ahora parece que es imposible comunicarse sin incluir uno de esos elementos (de hecho, se pueden crear conversaciones simplemente usándolos a ellos) sino que además todos estos elementos han empezado a aparecer en prácticamente todas partes. Son como una avalancha, como un nuevo lenguaje que todo el mundo debe conocer y debe usar. Se podría decir que cuando empezaron a invadir los mercadillos las camisetas llenas de emoticonos ya se había perdido la carrera: habían llegado para quedarse y echarlos parecía una cuestión imposible.

Y cuando algo se asienta entre los consumidores, las marcas van a por ello como perros de presa. Quieren aprovecharse del tirón, quieren demostrar que saben lo que interesa y quieren usar esos elementos para conectar sea como sea con esos consumidores con los que cada vez parece más difícil conectar. Las marcas quieren emplear todas las herramientas posibles para hablar de tú a tú al consumidor y los emoticonos parecen la nueva solución perfecta. Algunas compañías han lanzado su propia colección de emoticonos que los consumidores pueden emplear y otras simplemente han llenado sus mensajes con estos elementos.

¿Por qué están obsesionándose las marcas con los emoticonos? ¿Y lo están realmente haciendo? Un estudio acaba de analizar la situación y según sus datos es lo que está ocurriendo y además con cifras de impacto.

Según sus estimaciones, en los últimos 12 meses, las campañas de consumo que emplean emoticonos han crecido en un 600%. Los datos, de la compañía de automatización de marketing móvil Appboy, abarcan el período comprendido entre junio de 2015 y junio de 2016, cuando los mensajes con emoticonos usados por las marcas pasaron de 145 millones a 800 millones.

Las marcas están lanzándose a por el emoticono porque, según sus datos, están viendo que estas campañas consiguen muchos mejores resultados. En parte, esta situación se debe a que las compañías han sido capaces de mejorar sus capacidades de segmentación y son capaces de enviar ahora sus mensajes con emoticonos a quienes realmente quieren recibirlos. Según los datos del mismo estudio, los ratios de conversión de estas campañas han ido en aumento. La apertura de mensajes push que incluyen emoticonos ha crecido en un 210% en iOS y en un 1.063% en Android de forma anual y los ratios de conversión de esos mensajes lo han hecho en un 135%.

Los consumidores señalan, además, que son mucho más receptivos a los emoticonos que a otro tipo de mensajes. Un 64% de los consumidores encuestados reconoce que le gustan o incluso aman los emoticonos, mientras que solo un 6% indica que no le gustan o los odian. De hecho, un 87% reconoce que los añaden a sus mensajes y un 68% que recibe un mensaje de estas características al menos una vez al día de sus familiares y amigos. Además de ser positivos ante estos elementos, también los ven como divertidos (un 39% sobre los que les mandan las marcas) y por ello los reciben de buena gana.

Pero tampoco hay que pasarse

Las compañías deben tener en cuenta, aun así, que hay un 11% de consumidores que los ven como inapropiados y un 12% como infantiles. Estos datos del estudio de Appboy deben cruzarse con otros datos de otros estudios anteriores y de otros análisis ya existentes sobre las cosas que los consumidores no acaban de ver como "funcionables".

Los emoticonos son uno de los elementos que más se emplean para conectar con los jóvenes, pero estos son un terreno pantanoso en el que si no se sabe lo que se está diciendo o lo que se debe expresar, mejor es quedarse callado o seguir con el registro formal, aunque no sea tan atractivo.

Un estudio señalaba no hace mucho que los jóvenes odian de forma especialmente consistente que las marcas intenten ser modernos y que no lo sean en realidad. Es decir, odian que usen las que creen que son expresiones de moda entre los jóvenes o los elementos que creen que les harán parecer cool, pero que lo hagan mal y fuera de contexto o que aparezca de un modo demasiado forzado. El 83% de los encuestados señala entonces que ese tipo de esfuerzos le parece patético.

Y no hay que olvidar a las burbujas

Pero el ir de guay y quedarse por el camino no es el único riesgo al que se enfrentan las empresas y que deben tener en cuenta a la hora de diseñar su estrategia en internet y su uso de los emoticonos en sus mensajes, también deberían tener en cuenta los riesgos asociados al dejarse enredar por lo que bien podría ser una burbuja.

Al fin y al cabo, todo el mundo se ha lanzado como loco a por este terreno y todo el mundo parece estar creando sus propios emoticonos de marca pero lo cierto es que los estudios que se han lanzado sobre la materia son aún limitados, especialmente en lo que se refiere a crear emoticonos propios. En este último punto, ninguna empresa de las muchas que lo han hecho ha dado públicamente cifras de resultados, lo que hace que sea bastante posible que la situación sea una de esas de mucho ruido y pocas nueces.

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