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Más allá de Twitter: la influencia del boca a boca tradicional en los usuarios de la social TV

Además, a los espectadores sociales les gusta cada vez más tuitear mientras ven un programa de televisión

Por Redacción - 23 Enero 2015

Ver la televisión ya no es un ejercicio de únicamente encender el aparato, conectar lo que se quiere ver (o hacer zapping hasta que se encuentra) y sentarse plácidamente en el sofá a ver ese contenido. Ver la televisión hoy en día es algo un tanto más complejo de lo que era antes y lo es, en gran parte, gracias a los smartphones y las redes sociales. Estos dispositivos y estas herramientas hacen que el telespectador ya no solo vea la tele, sino que además hable sobre ella. Es el boom de la llamada social TV.

Según acaba de confirmar un estudio del Council for Research Excellence basado en datos de Nielsen, la televisión social no puede verse de forma plana: las redes sociales y los comportamientos que afectan a cómo se consume televisión y a qué se hace en relación a lo que se ve en la pantalla en redes sociales no están marcados únicamente por lo que se hace en el momento exacto en el que se enciende la pantalla.

Aunque siempre que se habla de social TV se menciona a Twitter y se destaca la importancia que esta red social tiene en las pautas de comportamiento y visionado de contenidos, lo cierto es que Twitter - y tal y como conforma el estudio - no es la única que tiene presencia en los hábitos de social TV, como demuestran las conclusiones del informe, al que ha tenido acceso AdAge.

Así, el estudio confirma que mientras se está viendo un programa concreto en la televisión quienes tienen mayor impacto en el consumidor son tanto la mensajería de texto y, como se suele destacar siempre, Twitter. Pero ¿qué ocurre cuando no se está viendo la televisión pero se va a ver contenidos igualmente? (Por ejemplo, se puede pensar en contenidos bajo demanda o en internet). En ese caso, las mayores influencias son diferentes: quienes marcan el comportamiento de los usuarios y espectadores en esa ocasión son tanto Facebook como "las comunicaciones offline". O, lo que es lo mismo, el "boca a boca" o boca a oreja tradicional de toda la vida.

Pero el estudio no solo se ha quedado con lo que se hace mientras o previo a ver un contenido concreto, también ha analizado cómo afectan los mensajes que reciben a través de esos canales a la hora de decidirse a ver o no un programa. Y, curiosamente, lo que hace que los espectadores vean algo no es la social TV: no son los mensajes que los conocidos publican en Twitter los que hacen que se encienda la televisión para ver un programa, sino más bien lo que pueden decir otros en la vida cotidiana.

En el caso de los espectadores habituales, el boca a boca tiene un impacto del 2% en visionado de un programa concreto, frente al 1% que mueve únicamente la información recibida a través de las redes sociales. En el terreno de los ocasionales, también sigue ganando lo que los demás puedan comentar offline, aunque la subida es menor (un 1%). El que usen promociones o los mensajes recibidos a través de redes sociales solo impactan en un 0,5%.

Las cifras pueden cambiar según el tipo de programa que se trate, aunque en líneas generales los programadores deben tener en cuenta que los espectadores se mueven por terrenos diversos si quieren llegar a ellos.

Las redes sociales lo han cambiado todo

Sea la red social que sea la que marca cómo se consumen contenidos televisivos, lo cierto es que herramientas como Facebook o Twitter han modificado ya los hábitos de consumo de los mismos entre las audiencias. Los espectadores son cada vez más multitarea, lo que hace que no presten el mismo grado de atención a lo que ven en la televisión y, sobre todo, que desconecten más si lo que tienen delante no son contenidos sino anuncios.

Además, a los espectadores sociales les gusta cada vez más tuitear mientras ven un programa de televisión, ya que les hace sentir que están creando y lanzando su propio contenido y posiblemente les haga sentir una parte más importante en su proceso de consumo. De hecho, los usuarios de Twitter suelen ver más contenidos por semana que los usuarios de otras redes sociales.

Pero todo este cambio en los hábitos de consumo tiene un alcance mucho mayor en cómo es la audiencia: los espectadores han cambiado. Los espectadores son ahora menos pasivos y tienen más poder en marcar lo que les ofrecen y la televisión se ha convertido en un medio más democrático.

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