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La sangría de la prensa de papel en España se agrava

Por Redacción - 27 Febrero 2017

Las cifras de la prensa de papel no están siendo buenas de forma global y no están siendo buenas de forma especial en España en los últimos tiempos. Los principales medios en papel de tirada estatal están viendo como sus cifras de difusión han ido bajando de forma abrumadora en los últimos tiempos. Incluso los periódicos de referencia están perdiendo tirada y están viendo como caen sus números de lectores.

Las últimas cifras de la OJD han confirmado, una vez más, esta realidad. Los primeros números para el año en curso, 2017, no son nada positivos para las cabeceras de papel. Las principales cabeceras han visto una caída generalizada, llegando algunas a caer en ventas por encima del 20%.

El País ha visto, según las cifras que publica El Español, como sus ventas caían en un 26,4%, lo que le ha hecho quedarse en unas cifras de venta de 102.188 ejemplares. En el caso de El Mundo, su caída ha sido del 22,6% bajando hasta los 63.025 ejemplares. ABC cae en ventas un 24% y La Razón un 14%. Estas cuatro cabeceras, que en enero de 2016 vendían en total 353.000 ejemplares, venden ahora en conjunto solo 271.000.

Y, aunque las cifras de venta no son exactamente las mismas que las de difusión (se da por hecho que un mismo periódico lo leen muchas más personas que simplemente una, lo que hace que la difusión sea más elevada que las ventas), los datos resultan bastante preocupantes para estas cabeceras y para la prensa en papel en general. A pesar de que cuando se analizan las caídas de ventas se suelen mirar solo los llamados periódicos de Madrid (olvidando que en muchos lugares de España su difusión fue siempre limitada y en algunos casos inexistente, ya que allí se leía la prensa local) y esto no da una visión completa del panorama de la prensa en España, las cifras sí funcionan como una suerte de punta de lanza para comprender qué es lo que está sucediendo y cómo la prensa de papel está perdiendo fuelle.

La prensa de papel en España arrastra caída tras caída y la situación no es nueva, sino que se ha convertido en una especie de constante para el sector.

De quién es la culpa

Internet es quien se suele llevar la culpa de todo lo que le ocurre a la prensa de papel y, de hecho, los movimientos de las propias firmas del sector y sus campañas como lobbies suelen tirar por esa línea (no hay que pensar más que en la esencia detrás de lo que movió el canon AEDE para comprenderlo). La red es acusada de haber generado un escenario contra el que la prensa de papel no puede competir. Y, si bien es cierto que la red ha metido nuevos problemas (creando una presión de tiempo contra la que los periódicos de papel no pueden competir y también creando una avalancha de contenidos casi siempre gratis contra los que los periódicos se quedan obsoletos), lo cierto es que no es la absoluta culpable de todo.

De entrada, la prensa de papel lleva muchísimo tiempo en crisis. De hecho, si se leen textos sobre los periódicos y la industria asociada de hace 100 años, por ejemplo, ya se pueden encontrar reflexiones sobre las bajas cifras de ventas y los problemas derivados de la precarización de la profesión periodística, al menos en España. En general, se podría decir que la prensa en papel ha estado viendo como su poder y sus cifras de ventas iban cayendo a medida que aparecían nuevos medios de comunicación que se hacían con parcelas de mercado que hasta entonces estaban ocupando ellos.

A eso se suma, más allá del efecto de la red, que los periódicos de papel han perdido a sus consumidores más jóvenes, que no están leyendo periódicos impresos del mismo modo. Se han acostumbrado a leer las noticias en internet al tiempo que suceden y los periódicos, tal y como son ahora mismo (siguen publicando esas mismas noticias y lo hacen del modo que lo hacían hace 20 años, cuando no existía internet) no tiene interés para ellos.

De forma paralela, los periódicos han perdido ingresos publicitarios (unos 40.000 millones de dólares se han esfumado solo en EEUU de sus cuentas en una década), lo que ha hecho que pierdan una de sus principales fuentes de rentabilidad.

Por qué hemos dejado de leer periódicos en papel

Los usuarios han dejado de leer las noticias en la prensa en papel porque, por un lado, no acaban de ver lo de pagar por las noticias (aunque un estudio de Retale señalaba que los millennials están más dispuestos que ningún otro grupo demográfico a pagar por las noticias, aunque online) y, por otro, porque sienten que los periódicos llegan con una información menos actualizada y no son tan cómodos de leer como los medios online.

A eso se suma, en España, el hecho de que la prensa en papel ha perdido calidad (los periódicos son cada vez menos extensos y las empresas detrás de ellos han despedido a muchísimos periodistas, lo que ha precarizado sus contenidos). Esto además no ha tenido un impacto en el precio, sino que ha sucedido justo todo lo contrario. El periódico en papel es más caro ahora que nunca, con precios especiales en días como los sábados que no implican necesariamente que se esté ofreciendo un contenido mucho más elaborado o completo del habitual.

La prensa se ha vuelto cada vez más partisana. Los periódicos son cada vez más ideológicos y más agresivos, lo que no solo ha hecho que muchos lectores hayan dejado de leerlos sino que además ha creado un cierto rechazo entre otros, que pasan de leerlos.

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