Noticia Empresas

Rastreando nuestro target: ¿dónde viven los compradores potenciales?

Para el éxito de un negocio es muy importante determinar cuál es nuestro cliente target. El target está configurado por las distintas características o tipologías predominantes en el cliente potencial de nuestro producto o negocio.

Para llegar a conocer esas tipologías es preciso analizar una serie de variables poblacionales: sexo, edad, estado civil, estructura familiar, nivel de estudios, renta, capacidad y estructura de gastos, patrón de consumos, gustos, costumbres, etc. Los datos necesarios para la realización de estos estudios pueden obtenerse de macroencuestas oficiales realizadas a través de secciones censales, como las de Instituto Nacional de Estadística, o bien de trabajos internos: estudios de marketing realizados por encargo o encuestas a otros clientes de la misma cadena o grupo. Pero esos datos no serían más que frías estadísticas sino sirvieran para, una vez analizados con herramientas y técnicas complejas, establecer el conjunto de características concretas de nuestro target. Por ejemplo, para una tienda de alimentación especializada en productos exclusivos el cliente potencial más típico podría ser: amas de casa residentes en zonas urbanas, con poder adquisitivo medio-alto. Ya tenemos el target, ¿y ahora qué? A partir de un target bien definido podemos llegar a localizar la zona o zonas donde reside mayoritariamente ese público objetivo. Para ello, hay que utilizar técnicas combinadas de Geomarketing y Microsegmentación. A grandes rasgos, estas herramientas sirven para cruzar características incluidas en el target con el perfil de los habitantes de zonas geográficas concretas. Los resultados del análisis arrojarán unos resultados muy interesantes: los lugares donde se agrupan mayoritariamente las personas con un porcentaje mayor de coincidencia con nuestro target ideal. Esto resulta de gran utilidad la hora de abrir un nuevo establecimiento, como por ejemplo una tienda nueva o una franquicia de un retailer, pues podemos ubicarla, teniendo en cuenta su particular área de influencia, en el lugar más adecuado para dar servicio a nuestro cliente potencial, es decir, a nuestro target. Otras opciones Pero el trabajo de rastreo y localización geográfica de los posibles compradores no solo sirve para ubicar óptimamente un nuevo establecimiento. En el caso de que éste ya esté en marcha también podremos:

  • Atraer clientes potenciales de otras zonas, que coinciden con nuestros target, mediante campañas publicitarias y de marketing: vallas, buzoneo, etc.
  • Establecer estrategias de comunicación orientadas a los perfiles de los clientes
  • Distribuir un líneas de productos o servicios más acorde con nuestro target, por ejemplo, al conocer que nuestro cliente potencial es una ama de casa de capacidad económica media, deberíamos tener una mayor variedad de productos en la tienda a precios adaptados a su economía, que le puedan interesar.

La hoja de ruta debe ser por tanto: definición del target, localización del lugar de residencia o de paso habitual de los clientes que más se ajusten a dicho target y, por último, puesta en de marcha acciones de comunicación enfocadas en dichos compradores. Algunas de estas acciones serían: ubicación de establecimientos cerca de donde viven, campañas de publicidad con el fin de atraerlos, catálogos de productos o servicios a su medida, etc.

Más Leídos
Semanal
Mensual
Anual
Continua Leyendo...
Contenidos Patrocinados
ADS
Promocionados