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El día de la Madre, otro fiesta en las manos de las marcas, el consumo y las compras

El Día de la Madre se ha asentado ya en el calendario global y se ha convertido en uno de los días en los que las marcas y las tiendas venden y venden mucho de ciertos productos

Por Redacción - 29 Abril 2016

El Día de la Madre, que en España se celebrará este domingo (aunque en muchos otros países se celebrará el siguiente domingo), es una de esas fiestas que están sólidamente instauradas en el calendario de los ciudadanos y que marca poderosamente sus hábitos de consumo. Desde que éramos pequeños y hacíamos manualidades con rollos acabados de papel higiénico o con palillos en el colegio para preparar un regalo para mamá, hemos aprendido que este es el día en el que hay que comprar algo que entregar a nuestras madres y, cuando se confiesa que no se celebra esta jornada, los demás suelen mirar al que lo indica como si estuviese cometiendo una ofensa capital.

Lo cierto es que el Día de la Madre es, como tantas cosas, algo inventado y algo, además, inventado bastante recientemente. No se puede uno en realidad remontar a los romanos como ocurre con tantas fiestas del calendario comercial/festivo para explicar por qué se celebra (aunque sí, no es tan difícil encontrar quienes hacen uniones con diosas romanas). Detrás de la jornada está, de hecho, una mujer estadounidense. Se llamaba Anna Jarvis y decidió crear una fiesta para homenajear a su madre y a todas las madres que eran muy, al estilo de la época, un ángel del hogar victoriano (esas mujeres perfectas que se sacrificaban por su familia). A lo largo del siglo XIX, en el mundo anglosajón, ya habían aparecido textos y poemas sobre las madres y se habían empezado a producir algunas celebraciones, pero lo cierto es que Jarvis es quien en general se lleva la distinción de ser la inventora de la jornada.

Jarvis hizo una seria campaña para asentar la fiesta y para convertirla en algo oficial, trabajando tras la muerte de su madre en 1907 para consolidar la celebración como algo oficial. En 1914, estaba entregada a la lucha y estaba en contacto con la administración estadounidense para convertir el Día de la Madre en algo "de verdad". La celebración se instauró en Estados Unidos en el segundo domingo de mayo (el entonces presidente Woodrow Wilson lo hizo oficial) y de ahí saltó al mundo, donde se celebra en otros días por cuestiones culturales.

En España, el día se celebra el primer domingo del mes (aunque antes no existía el día de la Madre como tal, sí se celebraba a las madres en cierta manera el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, como en los demás países de tradición católica). La fecha se movió por influencia religiosa. "Esto no tiene una causa precisa más allá de lo simbólico que es el mes de mayo; por el tema mariano, es el mes de la Virgen, el mes en el que, como las flores, todo se renueva, todo nace", le explicaba a ABC sobre este cambio Juan Moreno, profesor de Religión del Insitituto Alkala Nahar.

Si se busca en la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España, se pueden encontrar menciones al día de la Madre en los años 20. En 1925, en La Libertad, se podía leer como un poeta estaba intentando convertirse en la Anna Jarvis de España. "Un poeta levantino, Julio Menéndez García, ha tenido la feliz iniciativa de que en España y en las naciones de habla española se consagre un día a enaltecer el amor a la Madre. La implantación del Día de la Madre es algo tierno y simpático, que merece ser acogido por Gobiernos, Prensa y opinión al envolver el más alto tributo a la mujer en su más augusta representación", publicaban. La petición del poeta aparece en más medios y en 1926 se da alguna conferencia sobre el día, mientras que en los años siguientes aparecen más textos hablando del potencial del día. En 1936 ya se puede encontrar una noticia de una Sociedad de Horticultura en Madrid que une día de la Madre y flores.

Pronto un día para consumir

Pero, aunque la celebración nacía con esa idea de ser simplemente un día para celebrar a las madres, pronto se convirtió en lo que hoy es: una fiesta para consumir. No es que los centros comerciales inventasen la jornada, pero pronto empezaron a sacarle partido. Vieron la oportunidad para crear negocio y se lanzaron a por ello. Cuando el día era un recién nacido, ya había un gran volumen de contenidos comprables para celebrarlo, como tarjetas de felicitación (tanto que si se busca en Google, una de las sugerencias de búsqueda es que Hallmark inventó el día de la Madre).

El Día de la Madre se ha asentado ya en el calendario global y se ha convertido en uno de los días en los que las marcas

Anna Jarvis escribía, seis años después de haberse entregado a la lucha para convertir el Día de la Madre en algo oficial, que tanto floristas como fabricantes de tarjetas de felicitación eran "charlatanes, bandidos, piratas, chantajistas, secuestradores y termitas que minarán con su codicia uno de los más nobles, finos y verdaderos momentos de celebración". Con estas declaraciones, que lanzó en un comunicado de prensa, empezó una cruzada a la inversa de la que había hecho años atrás: entre 1920 y su muerte en 1948, se dedicó a ir puerta por puerta recogiendo firmas para acabar con la jornada.

¿Cuánto gastamos?

No lo consiguió. El Día de la Madre se ha asentado ya en el calendario global y se ha convertido en uno de los días en los que las marcas y las tiendas venden y venden mucho de ciertos productos. El Día de la Madre es una fiesta absolutamente comercial, como el día de San Valentín o las rebajas.

Para muestra un botón: tomar los datos de una sola provincia puede mostrar cantidades de impacto. Según la Federación de Comercio de Pontevedra, por poner un ejemplo, solo en la provincia se moverán 20 millones de euros asociados al día y el gasto crecerá en un 5% frente al año pasado, lo que es una cifra mejor que en 2015 pero no tanto "porque la crisis en el consumo está mejorando pero aún falta bastante para que el consumidor pueda tener confianza a la hora de gastar, en esta fiesta, como es el día de la Madre", como explican sus portavoces. Se gasta tanto dinero porque ese día no solo se compra un regalo sino que también se acostumbra a comer fuera.

Y, por poner otro ejemplo, si uno se queda con uno de los regalos estrella, el de las flores, verá como el gasto medio es elevado. Según datos de Interflora España, cada español gastará una media de 50 euros en flores para la jornada (y un 20% las comprará a través de internet).

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