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Por Redacción - 10 Septiembre 2014
Los usuarios quieren evitar a toda costa la publicidad online. Prueba de ello es que Adblock, el software que permite navegar por internet sin tener que soportar los impactos de los tediosos anuncios online, ha experimentado un aumento del 69% en su número de usuarios en los últimos 12 meses.
Según recoge el estudio publicado por PageFair y Adobe, en Estados Unidos, el 27,6% de los encuestados admite que utiliza Adblock. Un servicio que ya cuenta con 144 millones de usuarios activos, lo cual implica el 4,9% de los internautas a nivel global. Un dato que confirma el uso generalizado de este servicio, que ha saltado de la élite más tecnológica, para instalarse en los ordenadores de los usuarios de a pie.
Los principales usuarios de Adblock en Estados Unidos son los jóvenes menores de 30 años; donde el 41% de ellos ya tiene instalado este plug in mágico que permite navegar sin publicidad.
Esto no es sino una advertencia acerca de que los anuncios online realmente molestan, lo cual pone en tela de juicio la idoneidad de los formatos publicitarios online que se utilizan en la actualidad. Una realidad que puede comprometer seriamente la principal fuente de ingresos de muchos portales online.
La publicidad online ostenta el dudoso mérito de ser el formato publicitario más odiado, solo por detrás de la televisión. Según los datos proporcionados por InsightsOne para eMarketer, en Estados Unidos el 60% de los usuarios rechaza la publicidad televisiva, mientas que el 55% aborrece ver las barras laterales llenas de anuncios. Asimismo, los pop ups se llevan la palma (79%).
La única alternativa que parece menos intrusiva, y goza de un mayor índice de aceptación es la publicidad nativa, como la que practica Buzzfeed, basada en contenido patrocinado, y evitando a toda costa los banners y resto de impactos puramente publicitarios.
Definitivamente, los internautas dicen no a la publicidad online, ante lo cual, la solución no debería ser diseñar anuncios menos molestos, sino soluciones realmente atractivas, que no interfieran su experiencia de usuario, sino que busquen la interacción con la marca.
