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10 estrategias básicas que no han cambiado en 100 años de publicidad

Por Redacción - 6 Marzo 2017

La publicidad es, en realidad, un elemento bastante viejo. Marcas, empresas o firmas de retail llevan haciendo publicidad desde siempre y han intentado posicionarse desde un primer momento ante los consumidores usando ese reclamo. Por ello, y aunque se suele tener la sensación de que todo lo que se hace es absolutamente nuevo y absolutamente moderno, en muchas ocasiones no es más que un giro de algo que ya se existía, una versión nueva y mejorada de algo que se llevaba muchísimo tiempo haciendo.

Y es que, si se analiza lo que se ha hecho en publicidad en el último siglo, se puede ver como existen ciertas tendencias que se han mantenido de forma recurrente. Ciertas ideas y ciertas prácticas se han ido continuando de forma reiterativa, como una suerte de constante. No hay que pensar más que, por ejemplo, en el uso de los famosos y las caras conocidas. Cambian los famosos y hasta el mercado del que se extraen sus nombres (los medios españoles de hace ochenta años están llenos de anuncios protagonizados por folklóricas que hoy no triunfarían) pero no la esencia. Usar a la cara popular ha sido un elemento recurrente.

No es, por supuesto, el único. De hecho, en The Drum han hecho un análisis de lo que se ha realizado en los últimos 100 años de publicidad que permite establecer claramente 10 ideas cruciales que nunca han llegado a desaparecer.

Mostrar una personalidad propia

Resulta bastante interesante que el primer punto que meten en el análisis sea, justamente, este. Hoy en día, los consumidores esperan muchas más cosas de las marcas y quieren, sobre todo, que sean más únicas, más diferentes, con una personalidad más marcada. Lo cierto es que la cuestión no es nueva y ha funcionado durante mucho tiempo, dado que en realidad las marcas y los productos con una clara personalidad, con unas características muy firmes y claras que el consumidor tiene muy claras desde el primer momento, han estado ahí durante todo el último siglo. No hay más que pensar en Chanel Nº 5, el popular perfume y en la imagen asociada al mismo. Le funciona desde que lo crearon en 1921.

La cosa pegadiza

Aunque es cierto que ahora mismo a las marcas les resulta mucho más complicado de lo que les resultaba hace unos años lograrlo, este ha sido uno de los tradicionales puntos de conexión con los consumidores y uno de los que ayuda a hacer que tengan siempre a la marca en la punta de sus lenguas, como apuntan en el análisis. Usar un elemento pegadizo, que cale, ayuda a hacer que se recuerde la marca de forma mucho más efectiva, ya sea con una iconografía clara, con una música pegadiza o con una campaña con un mensaje atractivo. Por pensar en un ejemplo reciente, se puede recordar, por ejemplo, cómo los consumidores se quedaron con el 11888 como número de información telefónica gracias a su campaña publicitaria asociada a los Pelochos y a la repetición del mensaje.

Hablar de la misión de la marca y del propósito

La cuestión se ha convertido en uno de los elementos recurrentes en los últimos tiempos, a medida que los consumidores han empezado a reclamar cada vez más que las marcas tengan una cierta ética y que usen un cierto posicionamiento frente al mundo. Los consumidores quieren que las empresas tengan objetivos y que estos sean por un mundo mejor. Ahí están las campañas de empoderamiento de la mujer o las empresas con objetivos más trascendentes que vender. Parece muy nuevo, pero en realidad es más viejo que el tebeo, o al menos eso es lo que se puede leer viendo las conclusiones del análisis. En realidad, en los años 20 ya se hacían campañas de este estilo y potenciando valores éticos (los chocolates Cadbury hablaban de las casas low cost que construían para sus trabajadores).

La publicidad como elemento con utilidad

O lo que es lo mismo: no lanzar simplemente un anuncio sino dar cosas que son en realidad anuncios. Es lo que ocurre por ejemplo con los productos derivados que lanzan algunas compañías (Burger King lanzó hace unos años un branded game con Xbox) y, mucho más claro, la mitad de lo que hacen las marcas en los tiempos de internet, cuando crean elementos que son servicios y al mismo tiempo publicidad para la firma.

No todos los escenarios son los mismos

La publicidad escoge de forma muy específica y muy especial el escenario en el que se muestra al consumidor. Se escoge un espacio y no otro porque uno (y no otro) permite llegar a unos consumidores o potenciar ciertas cuestiones. Esto parece muy novedoso, especialmente ahora que los datos permiten ser mucho más eficientes en esta cuestión. En realidad, se lleva haciendo desde siempre. Las marcas siempre escogieron cómo mostrar sus mensajes en diferentes espacios.

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