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Las acciones diseñadas por las marcas con el fin de influir intencionadamente en la percepción de los usuarios cada día resulta menos efectiva.
Tal como demuestra el estudio de Contently, la base de la credibilidad del contenido está supeditada a la confianza en el medio que lo contiene (19%), o en que el usuario, con anterioridad, ya confiara en la marca (23%).
El hecho de que una marca acompañe a este tipo de información puede causar incluso frustración entre los consumidores. La encuesta indica que 2 de cada 3 usuarios de algún modo se sintió decepcionado al descubrir que ese vídeo o artículo que acababa de consultar estaba patrocinado.
Las conclusiones que se derivan del informe de Contently van todavía más allá, indicando que el 60% de los participantes en la encuesta considera que el hecho de que un medio incluya este tipo de información bajo el sello de una marca comercial resta credibilidad al propio medio.
Asimismo, el 66% de los encuestados no se mostraron dispuestos en igualdad de condiciones a hacer clic en el contenido patrocinado que si de la información editorial se tratase. Incluso el 57% mostró su preferencia a los banners, antes que a consumir artículos auspiciados por las marcas.
Estas conclusiones ya se evidenciaban en 2012, cuando el informe de MediaBrix puso de manifiesto el hecho de que la mayoría de los usuarios considera la publicidad como contenido engañoso. En abril de este año, el estudio de YouGov también ponía en entredicho la credibilidad de la publicidad.
Según sus conclusiones, solo el 3% de los consumidores en Estados Unidos cree a pies juntillas lo que le cuentan los anuncios publicitarios, mientras que un 44% la califica como deshonesta, y no confía en absoluto en sus recomendaciones.
