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5 claves que empresas y marcas deben seguir para relacionarse con los millennials

Los formatos publicitarios que funcionaban con los padres de los millennials ya no lo hacen con ellos

Por Redacción - 25 Julio 2016

Los millennials se han convertido en uno de los grandes dolores de cabeza de las marcas, ya que estas no tienen nada claro qué deben hacer para conectar con ellos. Sus ideas y su posición ante el mundo son muy diferentes a la de sus padres, lo que hace que las marcas tengan que trabajar duramente para encontrar el punto de conexión que hará que sus propuestas conecten con ellos. Teniendo en cuenta además que estos consumidores son unos de los principales grupos de compradores del mañana (y casi ya del presente: en algunos mercados superan en número a otros grupos demográficos), para las marcas esta cuestión es cada vez más importante.

¿Qué hacer para llegar a los millennials? Las recomendaciones suelen tirar por ciertas líneas y por ciertas cuestiones que se han convertido en una especie de pauta de comportamiento básica que hay que seguir cuando se trata con ellos y cuando se intenta conectar con ellos. En un análisis en MarketingProfs, centrado sobre todo en lo que deben hacer las marcas de consumo, se establecen cinco normas básicas para establecer una relación de marca con los millennials, unas normas que se pueden extrapolar fácilmente al resto de los sectores.

El móvil es lo más importante

Cuando se habla de los consumidores en general, se suele hablar siempre de la creciente importancia de los dispositivos móviles. El móvil está por todas partes y está presente en prácticamente todo tipo de escenarios de la vida cotidiana, ya que los consumidores lo emplean para prácticamente todo. Y el móvil está aún más presente todavía en la vida de los millennials.

Como apuntan en el análisis, los millennials lo emplean para prácticamente cualquier cosa y para todo. Son, como recuerdan en el análisis, el segmento más amplio de usuarios de smartphones y lo emplean en todas y cada una de sus actividades diarias, especialmente en las relacionadas con el consumo. En el supermercado, por ejemplo, se llevan la lista de la compra en el móvil y lo emplean para buscar información sobre los productos que quieren comprar. Por ello, el móvil ya no es ni algo recomendable ni algo que puede mejorar la posición de la marca: es algo que las compañías tienen que emplear sí o sí.

El marketing de contenidos tiene que estar en el epicentro de la estrategia

Los formatos publicitarios que funcionaban con los padres de los millennials ya no lo hacen con ellos, alertan, lo que lleva a necesitar encontrar otra vía para conectar con ellos y para llegar hasta ellos como consumidores. La mejor manera de hacerlo, o la mejor manera que hasta ahora está demostrando ser más o menos efectiva, es el contenido. Echar mano de información relevante, de imágenes, de vídeos... ayuda a conectar con las audiencias y a conectar con esos segmentos. El problema está, sin embargo, en que las marcas no saben realmente qué clase de contenido tienen que lanzar y lo que deben realmente hacer. No es sencillo y requiere un amplio trabajo por parte de las marcas para encontrar su lugar, pero los resultados merecerán la pena.

Los valores tienen que ser uno de los puntos destacados de la estrategia

No es la primera vez que se apunta esta idea y no será la última: las marcas tienen que tener clara la importancia de los valores y tienen que ser capaces de jugar con ella. Los millennials dan mucha más importancia a los valores de lo que las generaciones que los precedían le dieron en su momento y hacen que estas cuestiones tengan además un peso más elevado que nunca en sus decisiones de compra. Frente a otros grupos demográficos, los millennials se fijan en la empresa a la hora de tomar la decisión de compra y pueden hacerse antes con un producto de una empresa cuyos principios valoran que con uno más barato o incluso con mejores atributos. El 90% de los consumidores millennials está dispuesto a cambiar de marcas de cabecera si descubren unas asociadas a las causas que le interesan.

El peso de las imágenes tiene que ser muy elevado

Las fotos y los vídeos son muy importantes en la vida de los millennials y estos se pasan la vida compartiéndolos en sus redes sociales. A los millennials les gustan los vídeos y quieren recibir esa información. Las marcas no tienen, por tanto, más remedio que jugar también con ese elemento. Las compañías tienen que usar imágenes y vídeos y tienen que compartirlas no solo en sus redes sociales sino también en todos los escenarios posibles. Es una generación muy visual, así que las marcas tendrán que ser también muy visuales.

Hay que compartir información

Y, finalmente, las marcas tendrán que acostumbrarse a un escenario en el que cada vez es más difícil tener secretos. Los millennials son grandes consumidores de información y esperan además que las marcas les cuenten cosas. Sus decisiones de compra tienen que ser informadas, ya que quieren verse como consumidores responsables. Esto hace que las marcas tengan que darles todos esos datos que están buscando, todas las historias detrás de los productos que consumen.

La información tiene que ser, además, real. Las marcas no pueden mentir y no pueden fabricar información. No solo serán muy criticadas cuando se descrubra sino que además es más que probable que esto ocurra. En los tiempos de internet, los datos son más fácilmente comprobables que nunca.

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