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Por Redacción - 27 Febrero 2014
El 68% de los jugadores móviles son mujeres, quienes disfrutan divirtiéndose con sus teléfonos inteligentes principalmente en el salón de casa (61%), aunque un 41% también desde su habitación.
El estudio publicado por PlayPhone indica además que aproximadamente 3 de cada 4 de estas mujeres (71%) son mujeres casadas, y el 46% de estas señoras tienen ente 40 y 64 años. Por tanto, podemos deducir que los juegos móviles son una forma de entretenimiento gratamente aceptada, lo que nos lleva a pensar en la gamificación como estrategia de marketing para llegar a este público objetivo.
Este estudio refuerza las conclusiones aportadas en agosto del pasado año por EEDAR, quien indicaba que el 63% de los jugadores online a través del móvil pertenecían al género femenino. En esta ocasión, el estudio profundizaba en las preferencias y hábitos de estas usuarias móviles, destacando cómo aquellos juegos de marcado carácter social, donde se les permite interactuar con muchos participantes figuraban entre sus favoritos.
Cabe destacar que estos juegos no se parecen en absoluto a los tradicionales videojuegos, sino que son más bien una evolución de los tradicionales juegos de mesa, un modo de compartir momentos de ocio en familia o con amigos, en definitiva con tu entorno más cercano, pero en este caso desde cualquier lugar, gracias a los dispositivos móviles. Como ejemplo de su éxito podemos destacar juegos como Apalabrados, que en dos meses superó los dos millones de descargas, un juego que ha adoptado la dinámica del popular Scrabble, basado en la combinación de letras, con el fin de conseguir puntos creando las palabras de mayor longitud posible.
Como podemos apreciar, los juegos móviles no son cosa de niños. Los datos de PlayPhone indican que el nicho de mercado que está más dispuestos a pagar para mejorar su esta experiencia lúdica son los adultos de entre 25 y 39 años, de ambos sexos (64%), seguido por los mayores de 40 (60%).
Para incentivar el consumo en este área, conviene tener en cuenta las reticencias de los usuarios por pagar estos servicios con su tarjeta de crédito (72%). Una vez más, la preocupación por la privacidad atenaza el comercio online. Según el estudio, si las empresas fueran capaces de ofrecer otros sistemas de pago más seguros, y mejorar el índice de confianza online, podrían aumentar su cuenta de resultados.
