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Cómo el big data ha puesto de moda otra vez las series favoritas de la infancia

Por Redacción - 23 Abril 2015

En los últimos años, se ha producido un movimiento de recuperación de las cosas que triunfaron hace mucho tiempo. Las faldas new look ocuparon las perchas de las tiendas de moda, los modernos se dejaron crecer barbas dignas de un daguerrotipo, las cocinas se llenaron de esos platos que las abuelas habían condenado al trastero porque se habían quedado desfasados y por lanzar hasta Ikea lanzó una colección de productos retro con la que recuperaba sus grandes hits desde su lanzamiento. La nostalgia se convirtió en un nuevo valor para hacer estrategia de marca y las compañías se entregaron a todos y cada uno de los sucesivos revivals para hacer caja y vender productos.

Pero lo cierto es que no solo volvieron las cosas tangibles del pasado, sino que también volvieron otros productos de unas características menos físicas. La industria de los contenidos se lanzó a recuperar libros que triunfaron hace muchas décadas, a hacer remakes de películas que arrasaron en taquilla años atrás y a reemitir, rehacer o continuar series de televisión que tuvieron mucho éxito en hace 10, 20 o 30 años. La televisión estadounidense (que es al final la que marca las pautas de consumo de contenidos televisivos, al menos en series, en todo el mundo) volvió los ojos al pasado para encontrar inspiración (o material de emisión) para sus parrillas. La lista de series de las que se van a hacer remakes o continuaciones no ha parado de aumentar y las series familiares que triunfaron muchos años atrás, y que son muchas veces las series de infancia de los millennials, como puede ser Padres forzosos, se están convirtiendo en material para nuevas emisiones.

¿Por qué la televisión se ha entregado a esta nostalgia? ¿Por qué ha abierto el baúl de los recuerdos y ha exhumado todos aquellos contenidos que triunfaban en el pasado? Está claro que la oleada nostálgica que está modificando nuestras pautas de consumo tiene mucha culpa. El pasado se ha puesto de moda y los consumidores más jóvenes se están entregando a una oleada de experiencias retro. Hay quien dice que es porque el pasado parece una época mejor, especialmente ahora que el contexto económico es tan complicado y resulta especialmente duro para los jóvenes. O quizás es todo una cuestión de ciclos. El interés por el pasado y las oleadas de nostalgia como dinamizadoras del consumo no son, en realidad, nada nuevo.

Aunque, lo cierto, es que detrás de todo este revival no solo hay elementos contextuales, sino que también hay tecnología. Una herramienta puntera está chivando lo que hay que hacer: el big data es el responsable en parte de que las series de la infancia estén volviendo a ponerse de moda.

Big data y series

Uno de los responsables de que se esté hablando de estas series del pasado todo el tiempo es Netflix. La compañía de VoD, que opera en Estados Unidos y en otros países - muchos europeos, aunque no España -, tiene en su catálogo muchas series de los años 80 y 90, por las que apuesta mucho. Cuando la plataforma empezó a permitir ver nuevamente Las chicas Gilmore, por ejemplo, los medios estadounidenses se lanzaron a una fiebre por la serie que fue posiblemente mucho mayor que la que despertó en el momento en el que llegó por vez primera a las pantallas.

Como recuerda un analista a The Guardian, la razón de esta apuesta (al menos una de ellas) es que la compañía no tiene los derechos para las comedias y series televisivas que están teniendo grandes audiencias en estos momentos en la televisión tradicional. Netflix no tiene los derechos, por ejemplo, de The Big Bang Theory, una de las series que consigue unos mayores ratios de audiencia en la tele tradicional y que sus propietarios guardan como una carta ganadora. Si no consiguen los derechos de las comedias que triunfan hoy, tiene que asegurarse los de las comedias que triunfaron ayer.

Pero la cuestión no es solo logística, es también algo basado en la información. Este tipo de contenidos gusta mucho a los consumidores y especialmente a los consumidores millennials. En cuestión de audiencias, por ejemplo, en la tele tradicional, las repeticiones de estas series consiguen, de forma acumulada, audiencias mucho más elevadas que los estrenos de algunas series de última tendencia (y a un coste mucho más bajo, podemos añadir). No solo los datos de los audímetros lo indican: el big data también lo demuestra

Uno de los grandes secretos de éxito de Netflix es que la plataforma es muy poderosa en cuestiones de big data. Netflix lo sabe todo del usuario. Sabe lo que ve, cómo lo ve (si haces un maratón y lo ves todo en una sentada Netflix lo sabe? lo sabe tan bien que sus estrenos son de temporadas completas, porque saben que a los consumidores les encanta hacer maratones), dónde hace clic, qué géneros le gustan? Además, su caudal de datos es bastante imaginativo. No se han quedado únicamente con las separaciones obvias sino que han creado categorías de contenido tan específicas que para la compañía es posible saber qué les gusta a los consumidores con un nivel de detalle abrumador. Una de sus grandes herramientas estrella es, de hecho, un algoritmo predictivo que recomienda lo que querrás ver a continuación? y que siempre acierta.

Todos estos datos no solo le sirven para saber qué ofrecer de su catálogo a los consumidores, como recuerdan los analistas consultados por The Guardian, sino que además les hacen ser brutalmente eficaces para adivinar por dónde van las tendencias. ¿Qué es lo que los consumidores quieren ver? Netflix lo sabe gracias a su ingente muestra de información sobre cómo son y qué quieren los consumidores.

Y la respuesta ahora mismo a esa pregunta es que los consumidores quieren ver esas series del pasado. Los consumidores buscan esas sit-com de media hora de duración con una factura similar a las series que veían cuando eran pequeños. Eso es lo que hace que sigan consumiendo esos contenidos de antaño y que la industria esté dispuesta a relanzarlos con nuevas versiones, pero también es lo que explica que muchas de las series que triunfan ahora mismo tengan un sabor similar a las series que triunfaban hace 20 años.

Uno de los grandes éxitos de la temporada en Netflix es Unbreakable Kimmy Schmidt, una serie protagonizada por una superviviente de un culto apocalíptico (ha pasado 15 años de su vida en un refugio bajo tierra porque el reverendo del culto aseguraba que iba a llegar el Apocalipsis) que tiene que enfrentarse a la vida nuevamente en la actualidad, a los 30 años, y aprender desde cómo funciona un móvil moderno (y qué es un smartphone) a acabar la secundaria. La serie ha conseguido un gran éxito de crítica, pero sobre todo un gran éxito de público. ¿Cómo lo ha conseguido? La factura del programa es similar a la que podría tener una serie de esa época: tiene una duración breve, funciona con las interacciones cómicas de unos personajes protagonistas y es optimista como las series de entonces.

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