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El abrumador caudal de nuestros datos, una fuente de información para las empresas

Facebook puede conocerte mejor que tus propios amigos, pero no es la única empresa que acumula información sobre nosotros

Por Redacción - 2 Octubre 2017

¿Nos conocen las máquinas mejor de lo que nos conocemos nosotros mismos? ¿Y mejor de lo que nos conocen nuestros más cercanos amigos? Esa es una de las grandes preocupaciones que suelen aparecer en las películas y en las series de ciencia ficción, una realidad digna de un capítulo de la conocida Black Mirror. Sin embargo, a medida que aumenta el caudal de datos que generamos y a medida que nos vamos haciendo más transparentes en la red, la cuestión está mucho más lejos de la ficción y mucho más cerca de la potencial realidad. Las empresas nos conocen cada vez mejor y tienen cada vez más y más datos, datos que pueden ser usados para demasiadas cosas (o al menos eso es lo que empiezan a temer los organismos de protección de datos y un creciente número de ciudadanos).

Ahí están además las historias que muestran todo lo que las empresas saben de nosotros. Esta semana se ha convertido en viral un exposé/testimonio en The Guardian, en el que una de sus periodistas pidió a la app de contactos Tinder que le facilitase toda la información que tienen acumulada sobre ella tras su uso de la aplicación. Los resultados han sido un tanto sobrecogedores.

La periodista recibió 800 páginas de información sobre ella misma, que no solo incluía información sobre su actividad en la app sino también otros datos como me gustas dados en Facebook o información asociada a sus fotos de Instagram. Y, por supuesto, la información era una mina de datos no solo sobre los hombres con los que había conectado sino también sobre su propia vida personal.

Tinder sabía desde cuál era su nivel educativo hasta cuánto tiempo se había conectado. Como le explicaba un experto en la cuestión, es una cantidad de datos que horroriza, pero no sorprende. "Cada app que usas de forma regular en tu teléfono tiene la misma información", le explicaba Olivier Keyes, un data scientist de la Universidad de Washington. "¡Facebook tiene miles de páginas sobre ti!", añadía.

La información es un activo muy valioso. De hecho, puede que Tinder se use para una cosa, pero los datos que acumulan son muy variados y sirven para más cosas. Son una mina de información para los anunciantes.

Y ahí es donde Facebook y Google suelen entrar en la lista de enseñas que suelen protagonizar las críticas y los análisis de todo el mundo. Las dos compañías son omnipresentes en nuestro día a día y el caudal de datos que acumulan sobre nosotros es elevadísimo.

Google Maps se va de excursión contigo

Es probable que uno nunca lo haya hecho, pero cuando se hace los resultados son bastante impactantes: si se accede al control de información que Google tiene sobre nosotros se puede ver en cuántos sitios se ha estado (y usado Google Maps, claro: en el mundo pre-libertad de roaming Google no podía acumular tan fácilmente esa información). Google sabe, por ejemplo, que el 30 de julio estuve en el aeropuerto de Oporto, pero no solo eso. Cuando se hace clic en el registro me recuerda la ruta que hice desde mi casa hasta allí, las vueltas que di por la ciudad esperando a que llegase la hora de irme al aeropuerto y hasta qué hice al aterrizar en mi destino.

Y, por ello, aunque pueda parecer que lo que hacemos en internet es solo una proyección de cómo nos gustaría ser vistos, no es difícil imaginar que al final las compañías que juegan ahí nos conocen mucho mejor de lo que pensamos. Puede que uno venda una imagen hiperactiva, pero Google Maps sabrá perfectamente, por ejemplo, que el sábado te quedaste en tu casa toda la tarde. Si lo hiciste viendo un maratón de series en algún portal de VoD, otra compañía online tendrá esa información guardada en alguna parte.

De hecho, los estudios ya dicen que nuestra actividad online ayuda a perfilarnos muy bien. Un estudio sobre el comportamiento en Facebook dejaba claro que, a pesar de todo, las decisiones que tomamos sobre lo que nos gusta y lo que no acaba haciendo que la imagen que tienen de ti en la red social sea mucho más ajustada que la que pueden tener quienes te conocen. Facebook sabe cómo eres mejor de lo que lo saben tus amigos.

Facebook y el estudio de la personalidad

El estudio analiza cómo los me gusta en la red social pueden hacer juicios sobre la personalidad del sujeto, logrando una mayor eficacia que los conocidos a la hora de señalar rasgos de personalidad y psicológicos. Los responsables cruzaron lo que habían podido deducir partiendo de los datos con lo que los amigos de la muestra creían de sus conocidos. Las máquinas ganaron. Con información de 10 me gusta, eran más eficientes que un compañero de trabajo a la hora de describir a los individuos; con 70, que un amigo o compañero de piso; con 150, que un familiar; y con 300, que la pareja del sujeto.

Para los responsables del estudio, esto abría las puertas a una situación complicada y compleja, ya que permite, al final, que se pueda segmentar la publicidad partiendo de cuestiones ligadas a la personalidad del consumidor y que la frontera entre la publicidad eficiente y la manipulación sea demasiado fina.

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