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Smart Shoes: la próxima frontera del mundo conectado

Los fabricantes de calzado lanzan zapatillas inteligentes y conectadas, que se pueden convertir en poderosas fuentes de datos 

Por Redacción - 16 Enero 2019

Hace unas semanas, Puma relanzaba sus smart shoes de los 80. El movimiento era una suerte de revival y apelaba a los consumidores nostálgicos del pasado. Las zapatillas eran un homenaje a lo que habían presentado décadas atrás, aunque decir que eran smart - para los parámetros de hoy en día - era un tanto cuestionable.

Sus zapatillas RS habían aparecido en 1986 e incluían un podómetro que medía los tiempos o la distancia que se habían recorrido. En su momento no tuvieron mucho éxito (eran demasiado caras) pero la marca de zapatillas posiblemente pensó que sus aires retro encajaban muy bien con lo que los consumidores valoran a día de hoy.

Por supuesto, a los consumidores del año 2019 las capacidades tech de esas zapatillas les parecerían muy limitadas. Lo que se puede encontrar hoy en el mercado y lo que los diseñadores de zapatos están haciendo va muchísimo más allá. Los smart shoes del presente son cada vez más sofisticados y permiten hacer cada vez más cosas, muy en línea con ese futuro - valga la redundancia - futurista que llevamos años y años imaginando.

Nike ha sido la última compañía en presentar un modelo de zapatillas inteligentes. Las Nike Adapt BB se venden como un calzado ideal para jugar al baloncesto, ya que las zapatillas tienen un sistema de dilatado automático que adapta el calzado al crecimiento del pie (mientras se juega al baloncesto el pie se dilata). Los zapatos incluyen unos sensores que analizan el pie y ajustan el interior de la zapatilla a lo que quien la calza necesita. Además, la zapatilla viene vinculada a una app en la que también se puede cambiar la tensión del zapato.

Las zapatillas de Nike ya han sido probadas por jugadores de la NBA y, aunque posiblemente vayan a ser muy caras (los medios que las han analizado ya especulan que estarán por encima de los 700 dólares el par), tienen un potencial atractivo muy elevado para un nicho del público muy concreto.

El mercado de los smart shoes

Además, las zapatillas de Nike no son las únicas smart que han llegado al mercado. Xiaomi también tiene su propia apuesta en ese terreno, las Xiaomi Mi Smart Shoes, que están vinculadas a una app de fitness y que permite hacer un seguimiento de lo logrado mientras se hace deporte. Las zapatillas diferencian entre el caminar, el correr y el escalar y estima valores vinculados, como las calorías que esa práctica ayudó a quemar.

Los precios de las zapatillas de Xiaomi son mucho más bajos, aunque también es cierto que lo único que hacen es recopilar información que recopilan gracias a una suela inteligente.

De hecho, las plantillas son un elemento habitual en el que trabajan las startups que están intentando hacer calzado inteligente. Los gigantes del calzado deportivo, como Under Armour o Adidas, también han hecho diseños y lanzamientos relacionados (Adidas creó unas zapatillas que esquivaban el vómito o la cerveza, para el Oktoberfest, gracias a una tela más o menos inteligentes que rechazaba esos líquidos).

En los últimos años, la industria se ha aplicado - en un efecto del interés por el mercado de los wearables, la ropa tecnológica - apostando por diferentes prestaciones, desde atarse solas a adaptarse a quien las lleva pasando por dar datos sobre salud o estado físico. Por supuesto, todas recopilan datos de actividad y parámetros de lo que hacen los usuarios.

Datos y más datos

Y, por supuesto, toda esta curiosidad tecnológica y todo este pico de interés de los fabricantes de zapatos y de sus consumidores por los zapatos inteligentes no importa únicamente como curiosidad para las páginas de moda o para las de tecnología. Como ocurre con todos los adelantos de la era del internet de las cosas, los movimientos que se están realizando en este terreno ayudan a posicionar nuevas fuentes de información.

Los zapatos conectados no solo dicen al usuario cuánto camina o cuánto ejercicio está haciendo, sino que podrían acabar dado datos y más datos sobre lo que hacen, cómo y cuándo. Podrían, en un futuro, decir qué recorridos se hacen en la ciudad, a qué tiendas se van o incluso a qué velocidad se recorren esas tiendas.

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