Hasta ahora los que nos dedicábamos a esto del Marketing nos encantaba Segmentar. Así pasábamos los días, segmentando. Ahora ya no, o si, pero no sirve para nada. La Segmentación ha dejado de tener sentido, al menos como la conocíamos.
Si tomamos cómo definición de Segmentación la que da Beerli: “la herramienta mediante la cuál se divide el mercado en distintos grupos de clientes homogéneos, cuyas supuestas reacciones a los esfuerzos de marketing serán iguales o parecidas “(Beerli A - “Comportamientos de los segmentos del Mercado Bancario Minorista”)
Y esto nos da problemas, problemas porque en primer lugar, no somos capaces de encontrar grupos homogéneos de clientes y, claro, como no encontramos grupos homogéneos menos vamos a encontrar gente con reacciones iguales o parecidas a nuestros esfuerzos de marketing.
Y esto, en mi opinión , está sucediendo por varias razones, pero la principal es porque las variables de segmentación tradicionales ya no valen. Los aguerridos hombres y mujeres de Marketing tratábamos de identificar esos grupos homogéneos de clientes en función de cuatro variables: Edad, sexo, renta y geografía. Así pensábamos que el hombre, rico (de clase media alta, solíamos decir), urbano de entre 35 y 55 años, se comportaba de manera distinta a la mujer, pobre ( de clase media baja, era lo políticamente correcto), rural y de menos 35. Y ahora, ya les digo, no parece que pase esto, en realidad no ha pasado nunca, pero en tiempos de alegría (Antes de la crisis) la cosa no se notaba.
Y no pasa porque:
Y en esas estamos, la segmentación, tal y cómo la conocíamos, no tiene mucho sentido, pero camastrones como son/somos la mayoría de los directivos “marquetineros” y la pasta que nos dejamos en ERP´s, CRM,s y herramientas varias que nos dicen cosas cómo: El 76% de las personas que compra pañales, compran cerveza también en el mismo acto de compra. Solución: Pañales a la cerveza para niños con barriguita y tendencia a la barra. (Es broma, eh….por si acaso). Y es que nos es por ahí , debemos de ir a qué nos compre todo el que quiera y tenga pasta para pagar por lo que le ofrecemos. Pero eso nos lleva a replantearnos la organización , a introducir flexibilidad en la producción, en la logística, en la configuración del precio, a comunicar de manera distinta de la que lo hemos hecho hasta ahora, a pensar en mercado y no en producto, a, a a, …..¡Ufff mucho trabajo con el frío que hace! Me quedo como estoy , pegadito al brasero que se está calentito y gestionando poco a poco la miseria, en vez de pensar en cómo crear de riqueza que es lo sano.