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Los remakes de Hollywood: recuperando historias como estrategia de Marketing

¿Por qué Hollywood está recuperando historias del pasado para sus nuevos taquillazos?

Por Redacción - 9 Octubre 2017

Es probable que muchos consumidores tengan una cierta sensación de déjà vu cuando se adentran en muchos espacios de consumo. Puede que les ocurra cuando van a una tienda de decoración del hogar, donde pueden tener la sensación de que han robado antes a mano armada el aparador de la loza de una de sus abuelas. Puede que ocurra lo mismo cuando se están comprando ropa. Y, sin duda, sucede esto cuando intentan ver una serie nueva o uno de los últimos estrenos de cine. En el caso de las series, se están haciendo reboots de títulos del pasado o series con aires retro (y el caso de Stranger Things es el más paradigmático). En el caso del cine, en los últimos tiempos las carteleras se han llenado de grandes estrenos… que en realidad no eran tan nuevos.

De hecho, no hay más que pensar en cuál es una de las películas más esperadas de esta temporada y cuál se ha convertido en una de las más taquilleras. It no solo adapta una de las novelas que se consideran clásicas dentro de la producción de Stephen King, sino que además la historia es un clásico de la historia del cine de terror. En los 90 ya hubo una adaptación como película para televisión que era muy popular y que los espectadores de esta nueva versión tenían en mente.

Y esta entrada en la nostalgia de Hollywood, esta apuesta por hacer grandes taquillazos con elementos que los consumidores conocen y con los que están altamente familiarizados, tiene su explicación, como demuestran en un análisis de Mintel. Es una mezcla entre la nostaliga y la comodidad de lo conocido y entre la nueva manera de presentar este tipo de eventos.

Porque, y esto es bastante interesante, lo que se puede aprender de It como taquillazo y lo que se puede comprender de los últimos movimientos de la industria del cine (hace unas semanas Dirty Dancing fue una de las películas más taquilleras del fin de semana en Reino Unido gracias a una emisión especial) es que a los espectadores les gusta que los estrenos se conviertan en una suerte de eventos, de experiencias diferentes. Todo ello hace que las grandes productoras y distribuidoras no estén solo confiando en el poder la película en cuestión para atraer el consumidor al cine, sino también que estén lanzando toda una suerte de acciones paralelas que hacen que la película se convierta en una experiencia.

Experiencias y ocasiones especiales

Por un lado, están experimentando (y mucho) con el marketing de las experiencias, creando acciones que hacen que el producto viva en la calle y que los consumidores conecten con ello (siguiendo con el ejemplo de It, las campañas en los diferentes países implicaron desde llenar ciudades de misteriosos globos a llenar las inmediaciones de los cines de payasos inquietantes).

Por otro lado, están haciendo que ver la película en cuestión se convierta en un evento, una cita especial en la que el consumidor conecta con lo que ve de un modo diferente. No es solo la película, es una experiencia de visionado inmersiva. El boom británico de Dirty Dancing, por ejemplo, no estuvo ligado únicamente a volver a poner la película en pantalla grande: lo hicieron en pantalla grande y en espacios al aire libre, haciendo que la ver la película fuese una experiencia que se saliese de la norma.

Nostalgia, ese poder

Pero, por supuesto, en todo este boom la nostalgia tiene un poder muy elevado. Al fin y al cabo, los espectadores se están enfrentando a historias que ya han visto y que posiblemente conocen muy bien. Para los consumidores, ese es el elemento que hace que vuelvan a interesarse por los personajes y por las historias.

¿Por qué lo hacen?

Como explicaban los analistas cuando se presentaba la temporada televisiva, llena de remakes y de continuaciones de series del pasado, la cuestión funcionaba a dos niveles. Por un lado, estaba el hecho de que se quería saber más de sus personajes favoritos, el interés por descubrir qué ocurrió 20 o los que sean años después. Por otra parte, los espectadores querían volver a conectar con ellos. Son personajes con los que tenemos empatía y con los que nos gusta seguir teniéndola (lo que explica, por ejemplo, que seamos capaces de ver una vez tras otra temporadas de Friends).

Blade Runner y la película de culto

Un recuento entre los grandes lanzamientos de Hollywood para 2017 concluía que, entre los grandes títulos, había como mínimo 40 películas que estaban relacionadas con grandes taquillazos del pasado. A principios de año, los grandes estrenos eran las nuevas versiones La Bella y La Bestia o de Power Rangers. En el último trimestre, a It se suma el estreno de Blade Runner 2049. El director distinto, pero el de la primera edición está presente como productor y el guionista primero es aquí coguionista y, sobre todo, el protagonista de la película de hace 35 años vuelve a tener un papel crucial en esta.

Todas estas nuevas versiones de películas del pasado o bien refrescan la historia haciendo que se ajuste un poco más a lo que esperamos ahora mismo de las historias o bien suponen una suerte de actualización, un añadido más que alarga la trama y que permite contar algo nuevo de lo mismo, haciendo que el espectador tenga una razón nueva para pasar por taquilla.

A eso se suma que estos nuevos lanzamientos, como puede ser el de la nueva versión de Blade Runner este año o la de Mad Max de no hace tanto, están muchas veces ligados a películas consideradas de culto, lo que las lleva, además, a llegar a una audiencia no solo entusiasta por el contenido, sino que la verá para poder opinar sobre lo que se ha hecho en el presente.

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