Artículo Estrategia

5 cosas que las cadenas de comida rápida pueden enseñar a los marketeros sobre los cambios

Por Redacción - 17 Octubre 2017

Las compañías de comida rápida han estado en los últimos años en crisis. Los cambios en los gustos de los consumidores y las modificaciones en sus hábitos han sido una suerte de golpe bajo que ha lastrado sus resultados y que las ha enfrentado a un panorama en el que tomar decisiones resultaba cada vez más complicado.

Posiblemente, el caso de McDonalds ha sido uno de los más paradigmáticos. La compañía se enfrentaba unos años atrás, como apuntaban los analistas, a una profunda crisis. Por un lado, la creciente preocupación por una alimentación más sana y saludable estaba lastrando su presencia en el mercado. Por otro lado, estaba perdiendo a sus públicos principales, como son niños y jóvenes. Para los millennials, McDonalds no era lo que buscaban y preferían sabores diferentes. En el caso de los niños no solo estaba el hecho de que sus padres estaban cada vez más preocupados por su alimentación sino también la cuestión de que su propio paladar se había vuelto cada vez más sofisticado y, por tanto, querían cosas mucho más variadas.

A las compañías del sector no les quedó más remedio que hacer un trabajo de reposicionamiento y de comprender cómo estaban cambiando las cosas. Como apuntan en un análisis en AdWeek, la palabra disrupción se ha convertido en una suerte de mantra generalizado y recurrente, pero lo cierto es que para estas compañías ha sido algo más que una palabra. Ellas han tenido que enfrentarse de manera masiva a los cambios y han necesitado replantearse por completo qué estaban haciendo y cómo.

De lo que estas compañías han tenido que hacer y de lo que han tenido que aprender se pueden extraer unas cuantas lecciones sobre lo que la disrupción, los cambios, obliga a tener en cuenta a las empresas.

No hay que subestimar el valor de asumir riesgos

Y los riesgos deben estar en cómo se vende y se posiciona el producto. Como apuntan en el análisis, hacer algo igualmente disruptivo con la posición de la compañía no implica necesariamente gastar mucho dinero o contratar a una agencia gigante y grandiosa, sino que muchas veces supone simplemente hacer algo diferente y estar dispuestos a asumir el riesgo de hacerlo.

Hay que asumir que se puede errar antes de cambiar

Tomar riesgos y aventurarse en terrenos desconocidos supone, muchas veces, que lo que se está haciendo no se convierta rápidamente en un éxito brutal y en la solución a todos los problemas que se tienen. En la búsqueda de lo que será ese elemento de cambio, posiblemente haya que cruzarse antes con muchos elementos que fallarán.

Por tanto, hay que dar margen para los pequeños errores y para que estos errores se conviertan en una herramienta para aprender a futuro. (O, como apuntan en el análisis, hay que fallar rápido, barato y de forma inteligente). Los errores y sobre todo el no tener miedo a lo que pasa si se falla lleva a pensar fuera de la zona de confort y ayuda a las compañías a encontrar ese camino distinto que les permitirá posicionarse en un mundo en cambio.

Hay que estudiar cómo te ve el consumidor y si te ve diferente

Uno de los problemas de la industria de la comida rápida fue que los consumidores habían empezado a verlas como una especide todo. La industria era un universo uniforme en el que todos los nombres eran más o menos similares y todas las compañías eran más o menos las mismas. Se habían convertido casi en una commodity, algo básico que se veía de un modo igual. Esto ocurría a pesar de toda la publicidad que se está haciendo y a pesar de la presencia masiva de estas marcas.

La innovación es lo que hará que se destaque

¿Cómo sobrevivir en un mercado en cambio en el que no solo los cambios te son perjudiciales, sino que además tus consumidores no acaban de ver qué te diferencia de tu competencia? Para las compañías de comida rápida la clave está en la innovación, porque esta es la que les puede hacer sobresalir en medio de las demás. Lo que te hará diferente del resto del mercado es, justamente, el elemento rompedor con el que se puede intentar jugar.

Acepta el potencial de riesgo y de fracaso

Y, finalmente, las compañías tienen que aceptar que a pesar de todo hay un margen potencial de riesgo y de fracaso. Esto no debe dejarlas paralizadas.

Más Leídos
Semanal
Mensual
Anual
Continua Leyendo...
Contenidos Patrocinados
ADS
Promocionados