Artículo Estrategia

La pandemia del coronavirus ha servido para que muchas marcas comprendan qué es lo importante y en qué deberían realmente centrarse 

Si algo han tenido que aprender las marcas en estos años es a ser dinámicas y rápidas en la toma de decisiones, pero también lo importante que es la resiliencia 

Por Redacción - 14 Marzo 2022

Hace ahora dos años, España estaba entrando en un proceso de confinamiento. La crisis del coronavirus había arrancado unas semanas antes, aunque parecía un proceso bastante lejano. La cancelación del Mobile World Congress (MWC) de Barcelona en ese mes de febrero fue la primera prueba tangible de que las cosas estaban mucho más cerca de lo que parecía.

A mediados de marzo, y mientras la crisis sanitaria iba en aumento, el Gobierno decretó el estado de alarma y el confinamiento de toda la población salvo trabajadores esenciales. El confinamiento duró semanas y su final no supuso la vuelta a la vida previa a la crisis.

Primero se habló de desescalada y de la nueva normalidad. Luego, se fueron sucediendo oleadas de la enfermedad ante las que se respondió de diferente manera. La crisis del coronavirus se ha extendido mucho más allá de esos meses de confinamiento y movimientos reducidos, siendo la constante de los últimos dos años y cambiándolo todo por completo para marcas, pymes y consumidores.

Aunque la guerra en Ucrania y sus efectos han dominado la conversación en los últimos días y se han convertido en la principal preocupación de las marcas, la pandemia y sus consecuencias no se han terminado. Para las compañías, el coronavirus ha cambiado por completo muchas cosas y las experiencias vividas les han enseñado muchas cuestiones clave.

Resiliencia y marca potente

Durante estos años se ha hablado mucho de resiliencia, que se ha convertido en un factor clave que ayuda a las compañías en su supervivencia. Las empresas que han logrado sobrevivir, que han conseguido posicionarse en una situación más favorable, son aquellas que son más resilientes. Liderazgo, engagement y relevancia son las piezas que conforman lo que permite a las marcas tener una base más sólida.

Pero, además, si otra gran lección han aprendido las marcas durante estos años es que deben ser rápidas y dinámicas. El mercado que ha creado la pandemia es uno en el que las cosas cambian muy rápido y en el que las incertidumbres son mucho más elevadas.

Las marcas no saben qué va a pasar a meses vista, pero en ocasiones no sabían si quiera qué iba a pasar mañana. Solo aquellas que eran capaces de adaptarse rápidamente a los vaivenes del mercado sobrevivían.

Para lograrlo no quedaba más remedio que tener una estrategia de marca muy sólida y clara, una en la que todo el mundo tuviese muy claro qué se debe hacer, pero también haber hecho bien los deberes en transformación digital.

Una relación estrecha

Y, finalmente, la crisis del coronavirus y estos dos años de experiencias también han servido para que las marcas comprendan qué es lo importante y en qué deberían centrarse.

Durante estos años, los consumidores han preferido aquellas marcas con las que tengan ciertas conexiones. Solo hay que pensar en cómo se refugiaron en un primer momento en la comida de confort y en las marcas de su infancia para comprenderlo.

Durante estos años, la intimidad entre consumidores y marcas clave ha aumentado. Las marcas que han ganado en intimidad y que los consumidores sienten como más próximas son, de hecho, aquellas que han logrado crecer a pesar de todos los problemas durante los años de la pandemia.

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