La prueba de la enorme necesidad e importancia que sigue teniendo el retail y comercio offline hoy en día, y que continuará teniendo en el futuro, lo demuestra precisamente uno de los problemas de los que también más se quejan los retailers: El llamado "Showrooming".
Este concepto se basa en la acción de muchos clientes de acudir a una tienda física a ver el producto, tocarlo, pedir información a un vendedor físico, solicitar una demostración presencial? Y finalmente acudir a realizar la compra por internet, buscando el mejor precio.
Es obvio que el precio sigue siendo una razón de gran importancia y que a todos nos mueve buscar una oferta idéntica más económica. Pero ¿Que conclusiones sacamos del efecto showroom? Y aun más importante ¿Hay forma de combatirlo?
La partida se sigue jugando ahí fuera.
La primera conclusión que podemos sacar del efecto "showroom" es que el comercio online es "necesario pero no suficiente" para una empresa que ofrezca sus productos por los dos canales.
Tras todas las alabanzas y promesas que recibe el mercado online constantemente, y a las que es absurdo quitarle importancia, los clientes siguen queriendo ver, tocar y probar el producto antes de comprarlo. También siguen confiando más en un vendedor al que pueden ver mientras reciben la explicación.
Pero el paso más importante, el de la compra, en muchos casos es redirigido a otra tienda con precios más económicos, generalmente a través de internet.
Opciones para combatir el showrooming
Internet no es canal perfecto, y es algo que no suelen recordarnos sus grandes defensores:
Las únicas grandes ventajas de internet suelen ser el precio y la facilidad para encontrar gran variedad de distribuidores desde cualquier parte del mundo.
Por tanto, las acciones que podemos realizar en nuestras tiendas físicas para que nuestro cliente no acuda posteriormente a realizar su compra a internet (u otro distribuidor) pueden ser, por ejemplo:
Finalmente, hay que destacar que el showrooming forma parte de un cambio más grande, el que está provocando que cada vez más fabricantes hagan venta directa de su producto para poder controlar las ventas, el movimiento que diferencia los productos "commodities" de los productos con "innovación en valor".
En el mercado actual, sin fronteras y con más información accesible, el consumidor se niega a pagar más por lo mismo, de manera que la única opción es ofrecer algo diferente para poder justificar un mayor precio.