Artículo Negocios y Empresas

Por qué importa saber en qué momento del ciclo de vida están las marcas

Por Redacción - 8 Noviembre 2016

Como en aquel mítico anuncio de un insecticida para acabar con las cucarachas, en el que nos dejaban claros los pasos de la vida de uno de estos insectos (y que obviamente acababa en muerte gracias a sus acciones), las marcas también tienen un ciclo de vida y también van cambiando a lo largo de los años. Pensar que las marcas permanecerán inmutables a lo largo de los años es un error, porque las marcas son, en cierto modo, seres vivos y seres muy afectados por el entorno que tienen que cambiar con él.

Las marcas no se quedan estáticas y no permanecen inalterables a lo largo de su existencia. Como recuerdan en un análisis en Warc, lo habitual es que las marcas pasen una serie de etapas (unas siete potenciales) a lo largo de su existencia.

En cada una de esas estapas la marca necesitará cosas diferentes y se caracteriza por elementos distintos que la compañía tendrá que estar a la altura para emplear y para posicionarse en ellos. O, lo que es lo mismo, los marketeros tendrán que ser capaces de reconocer en qué momento se encuentra la marca y qué necesita para adaptarse a estas nuevas circunstancias y para evolucionar de forma acorde con ellas.

Las etapas de las marcas

Al fin y al cabo, no es lo mismo lo que una marca puede necesitar cuando está naciendo y por tanto empezando de cero que cuando está en el momento de expansión y, por tanto, necesitando otros elementos y otras cuestiones.

Para el primer momento, la marca tiene que ser capaz de sobrevivir y ahí está la principal dificultad y el primer objetivo. Todos sus esfuerzos se centran en ello, en lograr un día más. Las cuestiones que le preocupan y en las que trabaja son cuestiones prácticas como establecer la producción, ganar puntos de distribución o incentivar que los consumidores prueben el producto. A la hora de elaborar la estrategia de marketing, lo que mueve el trabajo es, sobre todo, el conseguir establecer un nombre y una identidad.

Frente a ello, cuando se está entrando en la etapa en la que lo que importa es la expansión, las prioridades cambian por completo. Los marketeros tienen que trabajar para encontrar la manera de ampliar el nombre de marca y su peso y en cómo entrar en nuevos mercados.

Estas dos serían dos de las primeras etapas y unas de las más cruciales, ya que de ellas depende el éxito o fracaso de la marca. Tras ellas vendían las etapas de adquisición, de declive, de revitalización, de muerte e incluso de resurrección. Todas ellas tienen necesidades distintas y todas ellas obligan a los responsables de marca a trabajar en unas condiciones diferentes.

La importancia de comprender el momento

Y todo ello se resume en un elemento clave y crucial para las marcas, uno que tienen que comprender y que no solo importa con respecto a esto. Las compañías tienen que ser muy conscientes del momento en el que están y de lo que necesitan para poder seguir conectando con las audiencias y seguir siendo relevantes. Este último punto es especialmente importante, porque es el que logra que los consumidores sigan conectando con la marca y sigan interesándose por ella en todo momento.

Las marcas no solo tienen que trabajar para tener una larga vida y no solo deben tener objetivos a largo plazo que les permitan ver las cosas más allá del futuro inmediato, sino que además tienen que ser capaces de conectar con los consumidores durante toda esa larga vida y hacerlo además desde donde se encuentran.

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