Artículo Negocios y Empresas

Estados de ánimo, expectativas y comportamiento de las empresas durante el confinamiento

Dato empíricos sobre cómo el COVID-19 puede ir configurando al nuevo consumidor. 
Speaker, Profesor de Estrategia, Investigación, Marketing, Ventas en universidades y...

Están apareciendo una profusa cantidad de artículos de opinión, estudios y análisis que intentan inferir de qué modo el coronavirus y la crisis que nos ha traído está reconfigurando el mundo. Esta crisis está sometiendo a un duro test de resistencia a nuestras sociedades, nuestras economías, nuestra fortaleza mental, nuestras capacidades de resistencia, de adaptación? Puede que para muchos de nosotros sea el escenario de cambio más retador al que nos enfrentaremos jamás.

Y todo parece indicar que el coronavirus ha llegado para quedarse. Lo superaremos, sin duda. Estamos en el mejor momento del a historia para que la humanidad pueda enfrentarse a una pandemia: miles de personas están trabajando duramente en todo el mundo para encontrar los tratamientos y la vacuna que el mundo necesita, y todo el conocimiento agregado y las capacidades tecnológicas disponibles terminarán dando su fruto, esperemos que pronto.

Esta crisis supondrá un coste enorme que aún estamos lejos de poder cuantificar con precisión. Pero si podemos empezar a saber qué efectos está empezando a tener este virus en nuestras vidas y muy especialmente en nuestras expectativas de futuro. Con una perspectiva de al menos una semana desde que entramos en el periodo de confinamiento obligatorio, ya hemos empezado a adaptar hábitos, formas de actuar y hemos tenido tiempo de empezar a reflexionar sobre qué nos espera en el futuro

¿Cómo estamos adaptándonos a este nuevo escenario?

¿cómo nos está afectando a nuestro estado de ánimo? ¿qué nuevos comportamientos estamos adoptando? ¿cuáles se convertirán en hábitos y cuáles serán efímeros una vez acabe el confinamiento? ¿Cómo afrontaremos la nueva realidad post-coronavirus? Lo hemos preguntado en una encuesta realizada entre los días 20 y 25 de marzo mediante cuestionario online a 675 personas entre 16 y 75 años hemos obtenido resultados que exponemos a continuación.

Una de las primeras ideas a evaluar es el estado anímico de las personas. Según la encuesta, el sentimiento mayoritario es la incertidumbre con un 64,3% de personas que responde que siente "bastante o mucha". Este sentimiento, sin embargo, aún no se manifiesta en temor, pese a las noticias de incremento de contagiados y fallecimientos que vamos recibiendo, ya que hasta un 73,5% manifiestan sentido siento algo o nada de temor, frente a un 26,5% que dice sentir bastante o mucho temor. Tampoco es mayoritario el sentimiento de inseguridad, más bien al contrario, un 72,6% no dice sentir inseguridad de forma significativa. Tampoco es la tristeza un sentimiento mayoritario, sólo un 17,5% dice sentirse realmente triste. Es la incertidumbre el estado anímico que realmente prevalece en el sentimiento de la población en España.

¿Qué nivel de información sobre el coronavirus y la situación generada tienen los españoles?

Pues un 53% dicen sentirse en general bien informados. En una valoración en una escala de 1 a 5 sobre el nivel de información, recibida, siendo 1 el nivel inferior y 5 el superior, la puntuación promedio obtenida es de 3,47. Los medios empleados son mayoritariamente la televisión (84,9%), la prensa digital (88,7%), las redes sociales (68,3%), WhatsApp y servicios de mensajería instantánea (65%) y el teléfono (62,7%).

Si pensamos en cómo creemos que afecta y afectará esta crisis a nuestra economía doméstica y a nuestras decisiones de consumo, el estudio arroja resultados muy concluyentes: mucho, y con una importante merca de capacidad económica y de expectativas de consumo. Un 14% de encuestados afirman que es seguro o muy probable que pierdan su empleo. Pero casi un 70% afirman que sufrirá una merma en su capacidad económica (un 29,2% de modo muy considerable) y que ello supondrá que el 75% de encuestados reducirá su consumo en los meses posteriores al periodo de confinamiento.

Una partida que se verá especialmente afectada es la de las vacaciones del próximo verano, que un 70% de encuestados estima que bajará, pero lo más llamativo es que casi un 41% dice que la bajada será considerable. Está por ver si esto se manifestará en no realización de vacaciones, vacaciones más modestas o quizás vacaciones nacionales en detrimento de viajes al extranjero más costosos.

El presupuesto de ocio también se verá afectado, aunque ligeramente menos, con una disminución del 65%, el mismo porcentaje de encuestados que afirma que gastará menos en restauración. Donde se espera un elevado impacto a la baja es en el gasto en artículos premium o de lujo, con un 80% de encuestados que dicen que gastarán menos.

Algunas partidas, si bien se verán también afectadas, lo harán en menor cuantía, como son en el presupuesto para alimentación saludable y en el de actividad deportiva, que la mayoría de encuestados piensan mantener: sólo lo reducirán un 32,1% y 39,7% de los encuestados, respectivamente. Estos datos son coherentes con el elevado sentimiento de incertidumbre que hemos reflejado anteriormente que, como es sabido tiene una fuerte repercusión en los niveles de consumo previstos y en su composición, priorizando lo que se considera básico o irrenunciable.

Otro aspecto clave que está sometido a escrutinio continuado es la forma en que las empresas están actuando durante esta crisis: si están colaborando, aportando sus recursos para paliar las graves carencias detectadas a todos los niveles; si están contribuyendo a que el ciudadano pueda sobrellevar mejor las crisis; cómo están actuando en relación con la preservación de sus negocios y cómo eso se refleja en sus posibles ajustes de plantilla; si están adoptando actitudes o comportamientos que puedan ser interpretados como "aprovecharse" de la crisis, con los juicios éticos y morales que se derivan de ello. Y muy especialmente, cómo todo ello puede beneficiar o perjudicar a la reputación de las empresas y con ello, condicionar las decisiones de compra futuras de los consumidores. ¿Lo tendrán en cuenta en el futuro?

Pues podemos anticipar la respuesta a esta última pregunta con un rotundo sí. Un 72,1% de los encuestados afirman que tendrán bastante o muy en cuenta la actuación de las empresas durante esta crisis en sus futuras actuaciones como consumidor. Un 56,1% afirma sentirse informado sobre qué empresas están contribuyendo. Pero en cuanto a expectativas y qué comportamientos se consideran alineados con el concepto "contribuir" los resultados obtenidos son concluyentes: un 95% de los encuestados reclaman que las empresas privadas contribuyan a la solución a la crisis, no priorizando su cuenta de resultados sino su compromiso por colaborar con sus recursos (un 74% de los encuestados).

Un comportamiento que se considera inaceptable es la subida de precios como consecuencia de la subida enorme experimentada en la demanda de productos especialmente necesarios o escasos (un 78,1% interpreta la subida de precios como "aprovecharse" de la crisis).

Y en relación con la aplicación de ajustes de plantilla, aunque se es más comprensivo ante este tipo de actuaciones, un 57,8% de los encuestados no consideran apropiado el hacer ERTEs masivos durante la crisis, por un 42,2% que sí lo ven razonable.

Todo apunta a que surgirán nuevos tipos de consumidores, con preferencias modificadas, con presupuestos de gasto reformulados y seguramente con una relación con las marcas diferente, fruto del comportamiento que estén demostrando durante esta crisis. El consumidor realizará un juicio moral severo que podrá ser determinante en las decisiones de compra futuras. Y ello debería ser muy tenido en cuenta por las empresas, si quieren preservar las relaciones de confianza, e incluso afectivas construidas durante años. Es una oportunidad de demostrar la realidad de los valores que haya podido ir proclamando en el pasado y que ahora se ponen a prueba.

Son datos que apuntan a cambios probables pero que habrá que ir validando, confirmando o modificando a medida que avanzan los días de confinamiento. Se irán produciendo noticias, acontecimientos, etc. que tendrán su repercusión en los estados de ánimo y expectativas a nivel individual y colectivo. La realidad es tremendamente dinámica y cambiante, y las incertidumbres son máximas. Pero la prudencia, en un tiempo en el que la seguridad y la prevención son valores muy al alza, invita a actuar ya e ir preparándose para el escenario post-confinamiento.

En las próximas semanas realizaremos una segunda oleada de este estudio, más cerca del final del confinamiento a fin de validar las tendencias observadas e introducir nuevos ángulos de análisis pertinentes ya en ese momento.

Datos del estudio

Realizado por Pablo Contreras, fundador de IdeasActionLab y profesor de EAE Business School. Encuesta online realizada a 675 personas entre los días 20 y 25 de marzo de edades comprendidas entre 16 y 75 años. Error muestral: 3,8% con p=q=50%

Speaker, Profesor de Estrategia, Investigación, Marketing, Ventas en universidades y...
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