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Por Redacción - 23 Septiembre 2013
La proliferación de redes sociales ha exacerbado el placer de mirar sin ser vistos. No es una práctica fácilmente confesable, pero es cierto que la cantidad de información que tenemos de amigos y extraños convierte en irresistible la tentación de fisgonear qué hace nuestro ex o con quién se codea nuestro jefe en sus ratos de ocio. El nombre en inglés de esta especie de espionaje es "stalking", que significa "seguir los pasos o acechar", y la mayoría de usuarios de redes sociales lo practica.
Según la encuesta de VoucherCodesPro, el 81% de los encuesatdos admite mirar regularmente perfiles de personas desconocidas mientras navegan por Facebook, Twitter o Instagram. De media unas 14 minutos al día, lo que significa que dedican al año 86 horas de sus vidas a fisgonear a perfiles de otras personas.
Ahora la pregunta del millón... ¿A quién espiamos?
El 72% de los encuestados dijo que revisan los nuevos intereses amorosos de sus exparejas, especialmente las mujeres. Sin embargo, del 64% de los que aseguran navegar habitualmente por perfiles de personas que les resultaban atractivas, la mayoría de ellos son hombres. También es frecuente visitar los perfiles de los amigos y familiares de la pareja (48%), los de las parejas de nuestros compañeros de trabajo (27%) y en último lugar los de desconocidos con intereses similares.
"No esperábamos que los resultados fueran tan elevados", asegura George Charles, portavoz de VoucherCodesPro, "sobre todo de los que admitían espiar los perfiles de las nuevas parejas de sus ex. Pero teniendo en cuenta la cantidad de relaciones románticas y platónicas que se han formado y han terminado en redes sociales, ya no es tan sorprendente".
La curiosidad es más antigua que internet y es indudable que, a pesar de los esfuerzos por preservar nuestra privacidad, hay una muchísima información sobre nosotros mismos accesible a otros a través de nuestros propios contactos. Lo llamemos fisgonear, espiar o stalking, la tentación sigue siendo igual de grande.
