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Por Redacción - 4 Octubre 2013
¿Pueden las empresas aprovechar el uso de redes sociales de los trabajadores para su propio beneficio?
Las redes sociales como herramienta de comunicación con los clientes genera ya pocas discusiones y la mayoría de empresas, de una manera o de otra, están implementando estrategias de social media en sus negocios para entablar conversaciones con sus potenciales consumidores. Sin embargo, los directivos no afrontan con la misma determinación el uso que desearían que se diera a Facebook, Twitter o Instagram de puertas adentro. Quizá por la inseguridad que genera, un 40% de las empresas ha optado por prohibir su uso a los empleados. ¿Tiene sentido bloquear los accesos desde el ordenador de la oficina cuando la mitad de los usuarios ya accede a las redes sociales a través del móvil? Parece que no demasiado.
La realidad es la que es. 8 de cada 10 trabajadores destina cerca de una hora a esta actividad. Un 29% de los empleados se conecta a Facebook durante su jornada laboral, un 14,4% ve vídeos en You Tube y un 10% confiesa usar Twitter en sus horas de trabajo. Son datos que Statista ha recabado entre la población norteamericana y que conviene aceptar. El uso de redes sociales en el trabajo puede afectar a la productividad de la empresa pero también puede aprovecharse su gran penetración para beneficio de la compañía.
"Es fácil decirlo en compañías pequeñas", dirán algunos. No tiene por qué. Zappos es un ejemplo paradigmático. Tienen una legión de trabajadores que responde al teléfono indistintamente y conversa con los clientes a través de las redes sociales con total libertad. Es más, se les anima a hablar de la empresa en sus perfiles personales. ¿Por qué no? Conocen la compañía al dedillo, sólo están allí porque su trabajo les apasiona y son defensores a ciegas de su marca como si fuera parte de su propia familia. Para conseguir una plantilla así hay que proponérselo seriamente, hacer una buena selección de personal, formarlos y concienciarlos pero el resultado puede ser espectacular en una compañía, un ecommerce, cuya principal propuesta de valor es una atención al cliente de diez.
Muy pocas empresas se han tomado así de en serio la integración transversal de las redes sociales en su funcionamiento, tanto para ahorrar en todos los procesos internos y de producción, como para cohesionar la empresa y ofrecer una misma voz desde cualquier despacho o puesto de trabajo. Sólo un 24% de las empresas reconoce haber tomado alguna decisión en cuanto a la regulación y aplicación de las redes sociales en el entorno laboral. Es el momento de hacerlo y de decidir cuál va a ser la política de empresa a este respecto, qué limitaciones y responsabilidades se van a establecer y la estrategia de comunicación colectiva que se va a seguir en el medio online por parte de toda la empresa. El reto es grande, porque requiere por parte de la compañía un esfuerzo enorme por generar una comunidad interna viva y unida, pero los beneficios pueden ser también muy altos.
