La impactante cifra de los 16.000 millones de dólares en ingresos de Meta vinculados a publicidad fraudulenta en 2024
Por Redacción - 10 Noviembre 2025
La sombra de la publicidad fraudulenta proyecta una duda significativa sobre la salud financiera y la responsabilidad ética del gigante tecnológico Meta.
Documentos internos filtrados y recogidos por la agencia Reuters sugieren que la compañía, propietaria de plataformas de alcance masivo como Facebook, Instagram y WhatsApp, podría estar obteniendo miles de millones de dólares a través de la publicación de anuncios de estafas y productos ilícitos. Esta situación no solo plantea interrogantes sobre la diligencia de la empresa, sino que también subraya una inquietante exposición diaria para miles de millones de usuarios que confían en estas redes como espacios de interacción segura.
Las proyecciones internas, que datan de un documento de diciembre de 2024, señalaban una cifra asombrosa: Meta esperaba que, en el transcurso de 2024, hasta un 10 por ciento de sus ingresos totales, una cantidad cercana a los 16.000 millones de dólares, tuviera su origen en esta categoría de publicidad prohibida o engañosa. Este dato revela la magnitud del problema, indicando que el volumen de anuncios fraudulentos que se cuelan en sus sistemas de revisión es sustancial y está lejos de ser un simple error marginal. La filtración describe cómo la empresa no logró contener una "avalancha de anuncios" que exponía a su base de usuarios a esquemas de comercio electrónico e inversión fraudulentos, la promoción de casinos online ilegales y la venta de productos médicos cuya comercialización está restringida.
La cifra de exposición diaria es igualmente impactante. Los documentos sugieren que Meta estaba mostrando a sus usuarios una media estimada de 15.000 millones de anuncios de "mayor riesgo" cada día. Otro informe interno, también de finales del año pasado, calculaba que los ingresos anuales provenientes específicamente de este tipo de publicidad se situaban alrededor de los 7.000 millones de dólares. Lo que estos datos desvelan es una disonancia crítica: mientras el sistema de Meta consigue una rentabilidad récord, registrando más de 50.000 millones de dólares en ingresos publicitarios el trimestre anterior, una porción considerable de ese éxito financiero parece estar inextricablemente ligada a contenidos que comprometen la seguridad económica y la confianza de su audiencia.
La respuesta de la empresa a la proliferación de estafas parece haber sido, según los documentos, lenta e insuficiente, incluso cuando se trataba de infractores flagrantes. Un ejemplo paradigmático es el trato que la plataforma daba a ciertas "Cuentas de Alto Valor", aquellos anunciantes que inyectan grandes sumas de dinero en la plataforma. Algunos de estos anunciantes lograron acumular más de 500 infracciones documentadas sin que se les aplicara un cierre de cuenta definitivo.
Esta inacción sugiere una priorización de los ingresos a corto plazo sobre la integridad de la plataforma y la protección del usuario. Además, el mecanismo de personalización de anuncios de Meta, diseñado para mostrar contenido relevante a los intereses del usuario, operaba de forma perversa en este contexto: aquellos que hacían clic en un anuncio fraudulento tenían más probabilidades de ser bombardeados con publicidad engañosa similar, creando un círculo vicioso que amplificaba el riesgo.
Ante la divulgación de estos informes, un portavoz de Meta se apresuró a matizar la situación, calificando la proyección de ingresos del 10 por ciento como "aproximada y demasiado inclusiva", no una cifra "definitiva o final". El gigante tecnológico ha defendido enérgicamente su compromiso en la lucha contra el fraude, alegando que los informes de los usuarios sobre anuncios fraudulentos han disminuido en más del 50 por ciento en los últimos quince meses. Sin embargo, la defensa se centra en desviar la atención de la lectura directa de los documentos filtrados, argumentando que estos ofrecen una "visión selectiva" que distorsiona su enfoque.
Los documentos, no obstante, parecen indicar que, al menos internamente, la compañía ha dedicado esfuerzos considerables a "evaluar la magnitud del desafío", una admisión implícita de la vastedad del problema. El debate que se abre no es solo sobre la eficiencia de sus mecanismos de seguridad, sino sobre hasta qué punto la empresa está dispuesta a sacrificar miles de millones de dólares en ganancias para cumplir con su responsabilidad fundamental de proteger a sus miles de millones de usuarios.












