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Criticar en Facebook no será motivo de despido pero tampoco un acto conveniente

Nueva sentencia confirma el derecho a criticar a los jefes y al trabajo

Por Redacción - 4 Septiembre 2014

Criticar a los jefes en Facebook o en Twitter, quejarse del trabajo o dar me gusta a cosas que a los superiores no les hará mucha ilusión es completamente legal y entra dentro de los derechos de los trabajadores. Así lo acaba de confirmar una sentencia de la National Labor Relations Board (NLRB), el organismo que se encarga en Estados Unidos de mediar entre los trabajadores y sus empleadores y proteger los derechos de los primeros.

La decisión tiene detrás una historia de esas que ocupan espacio en la prensa con titulares a lo despedido por criticar en Facebook. En 2011, un ex empleado de un bar de una localidad de Connecticut, el Triple Play Sports Bar and Grille, dejó un comentario en Facebook quejándose de la empresa. Dos de sus compañeros, que aún trabajaban entonces en la firma, le dieron un me gusta a su actualización y, cuando la empresa descubrió que habían participado en la conversación, los despidió por falta de lealtad.

El NLRB ha determinado que el despido es improcedente ya que los trabajadores estaban simplemente debatiendo un problema laboral, "lo que está protegido balo la National Labor Relations Act" y ha obligado al bar a volver a contratar a los empleados antes de este viernes. Por supuesto, la empresa va a recurrir la decisión del organismo. Aunque, sea como sea, la sentencia ya ha abierto - nuevamente - la puerta al debate. ¿Es legítimo hablar de tu empresa y sobre tu puesto de trabajo (y hacerlo mal) en tus perfiles en redes sociales? ¿Y qué leyes deben blindar (o no) ese derecho? Como explica a la CNN un abogado especializado en relaciones laborales, "estamos intentando aplicar leyes de 20, 30 o 50 años a una nueva generación de tecnología".

La sentencia confirma el derecho a criticar a los jefes y al trabajo, aunque en realidad eso es algo que siempre se ha hecho, ya fuese en un bar con los amigos al salir del trabajo o en la propia máquina de café del puesto de trabajo con los compañeros. Digamos que criticar es parte misma del trabajo y que posiblemente no haya ningún trabajador en este mundo que no haya maldecido alguna vez a sus superiores, a sus horarios, a sus responsabilidades o a cualquier cosa relacionada con su trabajo.

Pero antes, antes de la era de las redes sociales, los empleados tenían clara una cosa, que funcionaba de forma casi instintiva. A nadie se le ocurría lanzar esas críticas donde pudiera oírlas un jefe o en medio de un lugar en el que cualquiera pudiese escucharlas. Y posiblemente a nadie se le ocurría - o a muy poca gente - ir a contarle a la competencia las miserias del día a día de trabajo.

Hablar sí, pero cómo

Sin embargo, en las redes sociales la barrera entre lo que alcanzará la crítica realizada y lo que el empleado querría conseguir está mucho más difusa. La lista de historias de empleados despedidos por criticar en Facebook es ya bastante larga. Easyjet, Apple o Virgin han despedido a trabajadores por criticar a sus jefes o su entorno laboral en alguna red social. Y todo el mundo ha leído o escuchado la historia de la pobre becaria que ironizaba sobre su trabajo en Facebook y consiguió un comentario de su jefe poniendo su punto de vista a la historia (y poniendo final a su aventura en la empresa).

Y aunque esta no es la primera sentencia que el NLRA da a favor de un empleado que ha sido despedido por sus críticas en Facebook (en 2011 una empresa ya tuvo que readmitir a una trabajadora que había criticado a su supervisor en la red social), lo cierto es que los trabajadores ya han asumido que las redes sociales no deben ser altavoz para sus desahogos laborales o al menos que deben seguir ciertas normas a la hora de publicar actualizaciones sobre trabajo. En el fondo es una cuestión de lógica: los trapos sucios deben lavarse en casa (y las críticas sobre un empleo deben hacerse a gente de confianza).

Ajustar la privacidad para que solo quienes ellos quieran vean cada una de las actualizaciones es una de las medidas para evitar ser despedido por Facebook, aunque también funciona el de mantener - ya sea off u online - las críticas dentro del círculo de confianza. Si en un bar solo le hablarías de las cosas malas de tu trabajo a tus amigos más cercanos, ¿por qué no hacer lo mismo en la red?

Al fin y al cabo, entre las cosas que los responsables de recursos humanos buscan en internet antes de contratar a alguien está su huella digital y, entre las cosas que componen esa huella, están los comentarios realizados en Facebook o Twitter. Que se encuentren con una avalancha de críticas de los anteriores puestos de trabajo no ayudará en absoluto a crear una imagen de empleado fiable y solvente. Por el contrario, esos comentarios harán que los responsables de contratación asuman que se encuentran ante una persona poco leal y en la que quizás no se pueda confiar.

El 43% de los contratantes usan las redes sociales para saber más sobre sus potenciales futuros empleados, según un estudio, así que si los comentarios están ahí los encontrarán. En Estados Unidos, de hecho, un 74% de los jóvenes entre 18 y 34 años ya han borrado comentarios y contenidos de sus perfiles sociales para no perjudicar sus opciones laborales.

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