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¿Por qué la mayoría de internautas son incapaces de dejar Facebook?

Un estudio de la Cornell University ha analizado las razones por las que los consumidores vuelven una y otra vez a las redes sociales

Por Redacción - 29 Diciembre 2015

Durante los últimos años, se han elevado diversas voces críticas contra las redes sociales y se ha visto como algunos consumidores amenazaban con dejarlas por completo o con limitar de forma notable su uso. Por haber, hasta hubo hace unos años un día para dejar Facebook, allá por mayo de 2010, que a pesar de la amplia cobertura que tuvo entonces en los medios de comunicación no consiguió tener mucho éxito. Según algunos de los datos que publicaban al día siguiente los medios, solo 30.000 personas (y entonces Facebook ya tenía 500 millones de usuarios) se dieron de baja de la red social.

El uso que hace de la información la red social de turno (y aquí suele ser Facebook quien se lleva la peor parte y la mayoría de las críticas), el hecho de que se sienta que se tiene un exceso de información y que las redes sociales lo dominan todo o simplemente el que se haya pasado un poco de moda o haya empezado a gustar menos son algunas de las razones que los consumidores pueden sentir que les empujan o empujarían a dejar las redes sociales. Pero lo cierto es que quienes lo intentan suelen tener una recaída y suelen volver a intentarlo en algún momento o bien no llegan a dejar realmente nunca sus perfiles sociales. Dejar las redes sociales es más complicado de lo que parece y no realmente porque estas hagan imposible (de forma clara) dejarlo. Borrar un perfil es muy sencillo. Lanzarse a hacerlo no tanto.

Un estudio de la Cornell University ha analizado las razones por las que los consumidores vuelven una y otra vez a las redes sociales, aunque en realidad querrían dejarlas de una vez por todas. El estudio se ha centrado en los casos de aquellos consumidores que dicen que van a dejar Facebook y que están más que cansados de la red social pero que en realidad nunca llegan a hacerlo, buscando una explicación para comprender por qué no se consigue dejar el universo social. Son, como explican en BizReport, bastante parecidos a quienes dicen que van a dejar de fumar, pero se guardan siempre un paquete de tabaco por lo que pueda pasar.

La culpa, en el caso de las redes sociales, está en una suerte de truco de la mente de los consumidores. El estudio ha determinado que estos consumidores que amenazan con dejar Facebook pero que nunca lo hacen sufren de "adicción percibida". Su visión de lo que la red social es o no es y de lo que les ofrece está tamizada por la idea de lo adictivo. Estos internautas consideran que Facebook tiene cualidades adictivas o que se ha convertido en una suerte de hábito que han integrado en su vida diaria, lo que hace que incluso cuando han decidido dejarlo sientan la necesidad de volver una y otra vez a la red social.

Los factores contextuales

La visión que se tiene de la propia red social no es el único elemento que funciona como una suerte de truco mental que empuja a conectarse una y otra vez, aunque se sepa que se van a encontrar las mismas fotos de los mismos amigos y sus mismos comentarios de siempre.

También existen factores contextuales que empujan a los consumidores a volver a abrir Facebook una y otra vez. Uno de ellos es el de no contar con una alternativa. Estos consumidores que vuelven siempre a Facebook lo hacen muchas veces porque no cuentan con otra red social que cubra esas necesidades. El estudio ha concluido que quienes cuentan con perfiles en otras redes sociales son menos dependientes de Facebook.

Por otra parte, también influye la visión que se tenga de la propia red social y de su actividad. Aquellos que tienen una visión más crítica sobre la red social, aquellos que sienten que su información está siendo empleada para saber más de ellos, tienden a volver menos a Facebook. Por el contrario, quienes emplean Facebook como un escaparate de ellos mismos, quienes la usan para afectar cómo los otros los ven, no pueden dejar de volver una y otra vez.

Y, finalmente, el estado anímico de los propios internautas también modifica su relación con la red social. Cuando se está de mal humor el poder de atracción de Facebook es, curiosamente, mucho más poderoso que cuando se está de buen humor.

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