Artículo Marketing móvil

El marketing móvil es muy importante pero los marketeros no confían aún en estar haciéndolo bien

No creen haber identificado todavía los momentos cumbre de engagement con los consumidores en el universo móvil.

Por Redacción - 20 Marzo 2017

Los móviles están por todas partes. Puede que en realidad los smartphones no llegasen con fuerza a la vida de los consumidores hasta hace diez años, cuando Apple presentó el iPhone y dio impulso a la categoría. Sin embargo, estos terminales se han convertido en un elemento determinante del día a día, una extensión de los propios consumidores, que los emplean para cada vez más cosas y en cada vez más y más ocasiones.

El smartphone es el acompañante cuando se va de compras, el elemento que se emplea para hacer búsquedas y para determinar qué hacer, el mapa que usamos para encontrar cómo llegar a los lugares y hasta a qué lugares se debe ir o no... Los teléfonos inteligentes sirven para prácticamente todo y han sustituido a muchos elementos de la vida cotidiana que determinaban antes nuestro comportamiento.

Por ello, los móviles no son simplemente un elemento más en la estrategia de las empresas y de las marcas, sino que se han convertido en una cuestión crucial en la que estas tienen que trabajar si quieren realmente llegar a los consumidores y posicionarse en los diferentes momentos de su día a día que se han convertido en ventanas para el consumo. Pero, a pesar de la importancia que tienen los móviles, lo cierto es que las marcas no tienen completamente claro qué hacer de ellos y cómo emplearlos. Esto es, todavía queda muchísimo por trabajar en este terreno y mucho por comprender.

Uno de los síntomas claros de que las empresas y sus gestores aún no tienen absolutamente claro qué hacer del móvil es la presencia recurrente de artículos, estudios, análisis y textos con consejos, instrucciones y conclusiones sobre el móvil y su impacto. Al fin y al cabo, estos no son más que la muestra de que quienes toman las decisiones necesitan acceder a esa información.

Pero más allá de la percepción, los propios estudios dejan clara esta situación. A los directivos y ejecutivos, el móvil aún les cuesta. Así lo acaba de apuntar un estudio elaborado por la Mobile Marketing Association y RadiumOne. Como recogen en Warc, a pesar de que cada vez hay más datos relacionados con el móvil y con cómo este se usa, los marketeros siguen dudando. A pesar de que el móvil arroja un alto balance de información sobre cómo están usando los consumidores ese terminal en su relación con la marca, los marketeros no confían aún en estar haciéndolo bien.

En dónde fallan

Un 65% reconoce que no tienen absoluta confianza en lo que hacen. Es decir, no creen haber identificado todavía los momentos cumbre de engagement con los consumidores en el universo móvil. Otro 50% añade que no están absolutamente seguros de sus capacidades para lograr nuevos consumidores vía móvil y para reconectar con los que han perdido en el camino a través de estos terminales.

A esto se suma que un 61% no acaba de ver que tengan la habilidad para lograr nuevos consumidores que sean rentables y que un 58% no confían en sus trabajos para mantener la atención y confianza de los consumidores y evitar así que huyan a la competencia.

Los datos son muchos... y difíciles de usar

Y en realidad toda la información que los móviles ofrecen y que es aparentemente su gran virtud se ha convertido para los marketeros en un serio problema. Ese elevado caudal de datos simplemente está causando confusión. Un 38% llega incluso a reconocer que su principal reto y problema es comprender en qué momento del proceso de compra están los consumidores en cada momento. Otro 38% añade que le cuesta identificar los puntos más importantes de interacción con los consumidores.

Los demás puntos que los marketeros señalan como grandes retos van un poco también en esta línea. Así, un 24% apunta que le cuesta saber cuáles son los puntos de contacto entre consumidor y marca más importantes y un 21% que falla a la hora de descubrir cuál es la mejor manera de posicionar mensajes ante los consumidores.

Por todo ello, en las conclusiones del estudio, sus responsables simplemente apuntan que, a pesar de todo lo que se dice, el gran fallo ya no es que haya muchos datos y que se necesite procesarlos, sino que además los marketeros no confían en ellos mismos a la hora de abordarlos. No creen que estén haciendo las cosas bien para explotar su potencial.

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