La universalización de la presencia en Internet para empresas, instituciones, organizaciones, profesionales, comunicadores y bloggers está haciendo
cada vez más difícil armonizar la denominación de un dominio con la Estrategia de Marketing global. Ello propicia que en multitud de ocasiones descuidemos un factor tan trascendente y delicado como
la elección de esos caracteres que serán la referencia de nuestra organización, de nuestros servicios o de nuestros productos. Por ello, parece
imprescindible cuidar al máximo la tarea de elección del dominio como sí de una marca se tratase.Desde que seleccionamos el dominio para alojar un
website de nuestra empresa, estamos ya marcando su trayectoria y orientando su camino hacia el éxito o, tal vez, hacia el fracaso o el anonimato. Tanto si
queremos abrir una tienda virtual, un blog, un website corporativo o una revista online, hemos de cuidar minuciosamente la decisión sobre nuestro dominio,
ya que este va a ser puerta de entrada y primera referencia para nuestros clientes, proveedores y público objetivo, en general. Todos alguna vez hemos
sufrido de dominios tortuosos, difíciles de recordar o teclear, ridículos o que no guardaban relación alguna con el contenido de la web. Por ello, resulta
totalmente imprescindible que tomemos en consideración una seria de sencillas pautas que nos ayudarán a tomar la decisión más adecuada a cada
caso:
Sencillez: el dominio debe ser fácil de recordar y de teclear. Si es posible, deberemos huir de los guiones bajos o caracteres poco
usuales que requieren usar dos teclas a la vez. Por ejemplo, ¿alguien sabe cómo se teclea una bírgola (~)?. No pongamos a nuestros visitantes en un aprieto
ya desde el principio.
Brevedad: mientras menos caracteres haya que teclear, mejor.
Usar palabras con sentido: las
sucesiones de letras o caracteres sin significado van a ser siempre mucho más difíciles de recordar.
Identidad: el dominio debe reflejar,
con meridiana claridad, la identidad de nuestra organización, o bien de nuestro producto/servicio.
Extensión usual: si es posible hemos de
evitar las extensiones poco usuales, las que después nos cuesta recordar, es decir, los .tv, .info, .cc, etc. Mejor .es, .net ó .com, siempre y cuando sea
factible.
Evitar doble sentidos: es necesario poner especial cuidado en que las palabras o combinación de caracteres que conforman nuestro
dominio sólo posean el sentido que queramos conferirle. Consecuentemente, habrá que cuidar que no posean ningún otro significado inadecuado, incluso en
lenguaje figurado o en argot.No vamos a recordar aquí el valor y la trascendencia de una marca, pero sí que
nuestro dominio será una parte vital de
nuestra marca.