Opinión Marketing Digital

CEOs 3.0: Esos Hombres Orquesta

Profesional del Marketing y del Desarrollo de Negocio con más...

Creo que una de las peores cosas que puede haber en la vida es el fanatismo, de la índole que sea, política, deportiva o incluso “social”. El fanatismo nos aleja de la realidad, nos hace ver las cosas desde sólo un punto de vista que probablemente, no sólo es que esté “capado”, sino que es erróneo.

Desde hace un tiempo estoy escuchando a una serie de “talibanes” proclamar a voces que el Director General de una empresa tiene que ser la Cabeza Visible del Social Media, el que tiene que dar ejemplo y liderar a la empresa en su presencia en los Medios Sociales haciendo ver que es crítico para la compañía, y hasta siendo él quien escriba en Blogs, ponga tweets, lidere a la empresa en LinkedIn e incluso anime a los internautas a que clickeen el “Me Gusta” del Facebook como si fuera Manolo el del Bombo en un partido de la Roja.

Y claro, uno que es de Marketing y que de vez en cuando le da por pensar, se imagina a un CEO de una Gran Empresa, a eso de las 7 de la mañana quizás todavía en pijama o en su defecto en gayumbos pensando:

“Ummmm, día duro el de hoy. Tengo que poner 3 tweets, escribir mi blog y responder a unos cuantos followers… ah! Y si tengo tiempo revisar las cuentas anuales, los presupuestos para el año que viene, reportar la situación de la compañía con nuestros accionistas y comprobar que el Ritmo del Negocio marcha según lo previsto…”

(Ey, suena bien, muy bien…¿verdad?)

Pero claro (por segunda vez), hago autorreflexión y me pongo a pensar que como no todos son Grandes Empresas me imagino al pobre CEOcontabledirectordemarketingventasrecursoshumanosyhastadelalimpieza de una Pyme (ya no os cuento un autónomo) en la misma situación por la mañana y pensando:

“Ufff, esto de ser empresario es un “sinvivir social”. Como somos una empresa con una marca tan reconocida dentro del barrio voy a meterme en Facebook a ver si alguno de los amigos han pulsado en “Me Gusta” o les puedo animar a que escriban algo; haber si tuiteo algo a mis 30 followers y consigo algún retweet, o incluso si escribo o algo en el Blog para que aparte de mi madre y mi pareja lo lea alguien más… ah, si, es verdad. Y luego, ya si tengo algo de tiempo, tengo que revisar las partidas con proveedores y clientes, salir a dar una vuelta para ver qué están haciendo estos que dicen que se dedican a lo mismo que yo pero cobrando mucho menos y, ver si puedo reunirme con este hombre que me presentaron el otro día que me dijo que podría traerme algo de negocio”

(Esto suena mejor…seguro…)

Y todo esto, claro (por tercera vez), sin que a ninguno de ellos se les haya pasado por la cabeza el momento de crisis actual, la pérdida constante de clientes, el construir nuevo negocio para sacar la cabeza y, como mínimo, pagar todas las nóminas y mantener a la plantilla que tienes…

(El cojo-remate, vamos…)

Estoy seguro que alguno que lo lea pensará, modo Talibán ON, que estoy tirando piedras contra mi propio tejado. Que yo, que uno de mis negocios se centra en esto piense de esta forma, es como cuando los Milli Vanilli hacían playback y no pensaron que les iban a pillar… pero creo que precisamente por eso, hay aplicar algo de cordura a tanto “Blame it to the rain”.

Sí, es bueno que el CEO de una empresa se muestre cercano, que escriba un blog de vez en cuando y que hasta tenga Twitter para compartir sus impresiones, pero de ahí a que lidere la Estrategia Social de una Empresa… ¿no habrá gente en la organización que se dedique a eso? Y si no lo hay…¿es realmente una prioridad para que la Dirección General se dedique a eso en vez de a otras cosas?

Porque “yo como cliente”, personalmente, me gustaría que el CEO de una empresa que me provee de lo que sea esté más pendiente de darme un mejor servicio, unas mejores condiciones de compra ó un producto ajustado a mis necesidades; Vamos, que me haga sentir con acciones y no con palabras que soy importante…y es entonces, sólo entonces, cuando le daré el “me gusta” comprándole otra vez, me convertiré en embajador de su marca y hasta me tatuaré su logo en la nalga como si fuera el “Toro de la Esteban“.

Pero por encima de todo esto, creo que en los tiempos que por desgracia corren en este país, lo que menos podemos hacer es descentrar el tiro a los máximos dirigentes, sean de la empresa que sean y del tamaño que tengan. Los CEOs están para dirigir, gestionar, buscar negocios y alternativas diferentes, guiar a la empresa en su camino presente y futuro…y si les queda tiempo, sólo si les queda tiempo y el resto está de tareas están bien hechas, que se dediquen al 2.0, al golf o al “cante jondo”.

Otra cosa es enseñarles a cómo buscar información y negocio escuchando en la red al mercado…pero claro, eso no es ni tan bonito ni tan cool para la gente que luego tiene que dar ponencias sobre lo divino y lo humano y que, cuando “rascas” en su mensaje, se quedan como los Milli Vanilli…sin nada por dentro…

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