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Por Redacción - 2 Marzo 2015
El panorama tecnológico actual, protagonizado por los dispositivos móviles y las infinitas aplicaciones que surgen a su alrededor, nos ha dejado una curiosa instantánea: la muerte de los tradicionales SMS o mensajes de texto. Algo que hace solo unos años parecía inalcanzable, dado su uso y extensión además del potencial de este servicio entre los consumidores, que incluso desarrollaron un nuevo lenguaje para adaptarse a las limitaciones espaciales de los envíos de mensajes, limitados a 160 caracteres.
Sin embargo, y lejos de cambiar este sistema, ahora los consumidores hacen uso de sus smartphones y tabletas en masa, en los que han incorporado distintas aplicaciones basadas en servicios de mensajería instantánea gratuita. Este cambio es promovido, fundamentalmente, por la gratuidad de tales aplicaciones así como por la capacidad infinita de comunicarse a través de ellos. La extensión ilimitada a la hora de llevar a cabo sus publicaciones y la posibilidad de insertar distintos elementos en las conversaciones, tanto iconográficos como auditivos, también explican nuestro furor por estos servicios.
De hecho, podríamos afirmar que a día de hoy enfrentamos la muerte de los SMS. Aunque eso sí, se trata de una desaparición con sus características concretas: lentitud y prolongación en el tiempo, ya que este servicio no va a morir inmediatamente ni de manera sorpresiva. Es lo que se desprende de un reciente estudio publicado por Park Associates, en el que se ha medido el volumen de mensajes de texto enviados en todo el mundo.
Así, para esta compañía la mensajería instantánea crecerá durante el periodo 2013 y 2018 de los 10 billones de mensajes anuales enviados a 67. Por el contrario, el estudio concluye que se espera que el volumen global de los mensajes de texto en este periodo varíe de los nueve trillones de mensajes enviados a 6.7 billones.
Este pronóstico es compartido por las investigaciones llevadas a cabo por Portio Investigation, empresa que también ha informado del tráfico de SMS a lo largo de todo el mundo entre 2004 y 2014. En concreto, este volumen alcanzó su pico más alto en el año 2012, cuando se situó en los 7,7 billones de mensajes enviados. En paralelo, el estudio pronosticó que el volumen de envío de mensajes de texto se irá reduciendo año a año, por lo menos hasta 2018. En esta fecha está estimado que los mensajes de texto enviados no alcancen los 7,2 billones.
Caída (casi) generalizada
Una evolución, la de los SMS, que ha tocado techo en todas las regiones del mundo, continúa este estudio. De hecho, el pasado año el tráfico de mensajes de texto descendió un 2% a nivel mundial, siendo América del Norte la región que experimentó la mayor caída durante ese periodo, con más de cinco puntos de media entre los países que la componen.
Por su parte, otras regiones del mundo, como Oriente Medio y África y Asia-Pacífico, también generaron caídas en lo que respecta al tráfico de mensajes de texto, siendo estas de entre el 0,9% y el 2%. En la misma situación se encontraron los países europeos, en los que, de media, la caída de este indicador se situó en el 1.2%.
Por el contrario, América Latina se constituyó como una región paradigmática. Ello se debe a que si bien en el resto de lugares el uso de los mensajes de texto cayó, esta parte del mundo fue la única que experimentó un crecimiento en lo que respecta al uso de este servicio por parte de los consumidores. Están por ver los motivos de esta tendencia dispar.
Evolución de los ingresos
Como no podía ser de otra manera, a la vista de los resultados del volumen de tráfico de los SMS las estimaciones de las dos compañías citadas auguran una caída generalizada de los ingresos que perciban las empresas por este servicio. Así, según datos de septiembre de 2014, las estimaciones eran que los ingresos por mensajes de texto solo en Estados Unidos caerían más de 2.000 millones de dólares anuales hasta 2018.
De hecho, está previsto que los ingresos alcancen este años los 20.500 millones de dólares en todo el mundo. Una cifra que descenderá hasta los 20.000 millones el próximo año, a los 19.200 en 2017 y, por último, a los 18.500 en 2018.
