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Por Redacción - 17 Diciembre 2015
Cada vez hay más vídeos en internet y cada vez los internautas están accediendo más a estos contenidos. Las cifras de los diferentes estudios han ido demostrando esta tendencia y apuntalando el vídeo como uno de los elementos que marcarán los hábitos de consumo durante el próximo año y los que vienen, ya que las previsiones demuestran una tendencia al alza que marcará los hábitos online de los consumidores de forma notable. Los números también demuestran que cada vez más las marcas están más y más interesadas en estos contenidos, ya que han encontrado en ellos un filón para conectar con los consumidores y para lograr que consuman sus mensajes.
Pero ¿es el mercado del vídeo un terreno tan positivo y tan optimista como parece? Es decir, dado que los consumidores están viendo muchos vídeos y dado que las marcas han entrado de forma masiva en este segmento, ¿estamos ante una situación completamente positiva en la que las marcas están haciendo los deberes y en la que están consiguiendo sacar el máximo beneficio posible al terreno en el que se mueven?
Lo cierto es que la situación no es tan de color de rosa: puede que las compañías hayan entrado en masa en el emergente mundo del vídeo y puede que estén produciendo contenido tras contenido, pero ni todos los contenidos valen ni todos los vídeos están cumpliendo con las expectativas de los consumidores.
De hecho, como acaba de demostrar un estudio de Adaptive Medias, hay una disparidad de posiciones. Lo que las marcas están haciendo no es exactamente lo que los consumidores perciben que están lanzando. Las marcas creen que están cumpliendo con lo que deben hacer y, en cambio, los consumidores lo están viendo todo con otros ojos. De hecho, los vídeos que están lanzando no están cumpliendo en absoluto con lo que los consumidores esperan. Y esta cifra es un problema más allá del hecho de que las posiciones de unos y de otros sean distintas. Además de no encajar unos con otros, las marcas están perdiendo potenciales audiencias. El 93% de los internautas que visionan vídeos desde sus dispositivos móviles verían muchos más vídeos y contenidos si se arreglasen ciertos problemas.
¿Cuáles son los elementos que hacen que unos piensen que estén haciendo los deberes y que los otros tengan claro que no están a la altura de las circunstancias?
El estudio se ha centrado en los problemas que presentan los vídeos móviles y lo que hace que los consumidores no sientan que esas experiencias de visionado merezcan la pena. Teniendo en cuenta que los vídeos móviles son los que más están creciendo y los que más están despertando el interés de las marcas, estos son los grandes puntos de tensión que se puede encontrar en el mercado del vídeo.
Y dado que se habla de dispositivos móviles, el primer punto problemático está muy relacionado con el soporte: muchos de los reproductores de vídeo con los que las marcas y los medios están intentando llegar a los consumidores no están adaptados para los dispositivos móviles y por tanto están generando una pobre experiencia de reproducción.
Lo malo es que, a pesar de esta realidad, los medios no son realmente conscientes de lo que está sucediendo. "Creo que uno de los datos más curiosos es el hecho de que el 32% de los editores cree que sus audiencias están satisfechas con su experiencia de visionado cuando solo el 6% de la audiencia considera que está extremadamente satisfecha", explica Michelle Rivera, responsable de Adaptive Media, a MobileMarketer.
Los problemas concretos que lastran la experiencia
¿En qué están fallando los vídeos cuando se trata de los dispositivos móviles? Según los datos del estudio, los consumidores ven bastantes fallos a la hora de servir el contenido, es decir, tienen problemas en cuestiones técnicas.
Un 61% de los encuestados acusa que los vídeos tardan demasiado en cargarse mientras que un 50% (lo que quiere decir uno de cada dos y es una firma bastante destacable) han sufrido en alguna ocasión el hecho de que un vídeo que estaban viendo desde el móvil se hubiese parado de reproducir. Un 43% han recibido mensajes de error al emplear los reproductores de vídeo desde sus dispositivos móviles.
Estas cifras muestran la realidad del mercado, es decir, son lo que los propios usuarios están viviendo y, como era de esperar teniendo en cuenta las conclusiones generales del estudio, son números muy diferentes a los que maneja la industria. Cuando se le pregunta a los responsables de los vídeos cuáles son los principales problemas a los que se enfrentan, solo un 37% habla de reproductores que no se ajustan a dispositivos móviles, un 28 de problemas de carga y un 17 de errores en los reproductores.
Aunque quizás el número más sorprendente es el de los editores que han confirmado que tienen un reproductor de vídeo pensado para móviles: solo un 7% lo están usando.
Por eso prefieren... la tele
Y quizás todos estos datos expliquen otra de las sorprendentes conclusiones del estudio: cuando se invita a los consumidores a escoger en qué dispositivo querrían ver contenidos de vídeo (incluso eliminando los problemas) la mayoría se queda con una smart TV. El terminal es el favorito del 44% de los encuestados, adelantando a tabletas (22%) o móviles (19%).
Frente a estos datos, los editores se posicionan una vez más de forma contraria. Ellos, y es un 32% de la muestra, prefieren ofrecer vídeos móviles. Después viene el escritorio (26) y no finalmente la smart TV (22).
