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Por Redacción - 27 Diciembre 2016
Si hay algo en los últimos tiempos que se ha convertido en recurrente en las estrategias de las marcas y en las listas de lo que estas no pueden dejar de lado, es el vídeo online. El vídeo en internet se ha convertido en un elemento cada vez más popular y cada vez más presente, ya que logra muchos más buenos resultados que otros formatos y se ha convertido, además, en uno de los modos de acceso a los contenidos favoritos de los internautas. Las marcas están, por tanto, como locas por usarlo y por conectar con los consumidores a través de ello.
Pero el vídeo no solo es cada vez más popular sino que además está, al igual que hace el mercado, evolucionando. ¿Hacia dónde irá el vídeo en el futuro inmediato? Muchas son las predicciones que se hacen sobre el futuro del vídeo online y sobre cómo lo usarán las marcas y ciertos elementos parecen ya casi un básico que debe estar presente en todas las estimaciones.
Así, se asume que el vídeo será cada vez más móvil, que tendrá cada vez más peso y que protagonizará más y más contenidos de los que las marcas publican en redes sociales. Pero ¿qué más implicará jugar con el vídeo? Un análisis de BizReport, que ha preguntado a diferentes jugadores de la industria, se ha centrado en lo menos recurrente y ha analizado esas tendencias que pueden cambiar mucho las cosas pero no son las sospechosas habituales de los listados.
Una de las quejas recurrentes de los consumidores es la de lamentar los anuncios en pre-roll en los vídeos. Son molestos, demasiado largos y muchas veces ni siquiera parecen realmente pensados para los vídeos online, lo que hace que la experiencia de verlos no sea nada positiva. En cuanto el mensaje de ver vídeo aparece, los consumidores saltan directamente a hacer clic. Las marcas han perdido la atención de ese potencial cliente.
Por ello, las marcas están buscando vías alternativas y están ensayando nuevas maneras de posicionarse en los vídeos online. La alternativa al pre-roll podría estar en lo que en inglés se conoce como co-created branded video o, lo que es lo mismo, en convertirse en creador del vídeo junto con su protagonista. Los resultados son muy positivos. Tienen mucho más engagement, buena calidad y el usuario no puede saltarlo. Es una manera más de hacer marketing de contenidos y una que será mucho más popular en 2017.
Como apunta uno de los expertos entrevistados por BizReport, la línea que separa a las compañías que ofrecen contenidos a través de internet y a las televisiones de toda la vida es cada vez más difusa. Lo que la hace difusa no es tanto el cómo se sirven los contenidos (aquí unos son los innovadores y los otros los que están siendo comidos por la innovación) sino más bien el cómo se accede a los mismos. Las plataformas de streaming están cada vez más apropiándose del televisor y están llegando a cada vez más acuerdos para estar más y más presentes en más y más escenarios y en más y más espacios. Los diferentes servicios de VoD empiezan a entrar en servicios pensados directamente para la tele, lo que hace que sean mucho más populares y, sobre todo, que rompan la idea entre los consumidores de que son algo para ver en el ordenador.
El gran ejemplo son las grandes ligas deportivas, que son uno de los generadores de contenido que tienen un mayor impacto en cómo se accede a los contenidos y en cómo se conecta con ellos. Tanto es así, de hecho, que son uno de los tradicionales terrenos en los que se producen luchas por hacerse con los derechos de emisión y lograr así conectar mejor con las audiencias. Estas grandes ligas están comprendiendo cada vez más el poder del vídeo online y el poder de lo social, lo que hace que empiecen a controlar más y más lo que ocurre en esos espacios y el cómo se gestionan esos contenidos.
La NFL, la liga de fútbol americano, ha empezado no solo a potenciar las retrasmisiones en internet integrando en su estrategia la emisión de contenidos en la red (y especialmente en redes sociales). También está creando normas concretas sobre lo que se puede hacer o no hacer durante los partidos (por ejemplo, impidiendo compartir ciertas imágenes durante los partidos, para que así los diferentes equipos no puedan aprovecharse y usar las imágenes para su propio beneficio).
