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Por Redacción - 30 Noviembre 2017
El vídeo se ha puesto de moda en los últimos años de forma muy poderosa. A medida que los consumidores iban viendo más vídeos en sus dispositivos móviles y a medida que iban dedicándole más tiempo y más atención, más interés fue despertando el formato entre las marcas. Si a eso se suma que el vídeo se convirtió en una de las pocas fórmulas para llegar a los consumidores en algunos escenarios, como es el caso de Facebook, se puede tener una foto completa de por qué marcas y empresas se han lanzado a la conquista de este contenido, ya sea produciendo sus propios vídeos como posicionándose en los vídeos de los demás.
Y las cosas no cambiarán en el futuro inmediato. El vídeo se ha instalado con fuerza en medio de la estrategia de posicionamiento de marcas y empresas, y parece que poco o nada podrá moverlo de ahí. Ahí está, por ejemplo, el hecho de que el 79% de los marketeros responsables de marcas líderes prevén aumentar sus presupuestos de publicidad en vídeo para 2018, como acaba de demostrar un estudio.
A pesar de este continuo interés y a pesar de que se mantendrá la conexión de los marketeros con el vídeo, la relación no estará exenta de problemas. Los responsables de marketing tendrán que enfrentarse a nuevos retos y también perderán en cierto modo parte de la confianza que hasta ahora habían depositado en sus estrategias de vídeo. De hecho, de las compañías analizadas, solo un 6% de sus responsables de marketing las describe como innovadores en el terreno del vídeo.
¿Qué problemas tienen que asumir las marcas y empresas cuando se lanzan a hacer vídeo? Según los datos del estudio, creen que hay tres cuestiones que funcionan como un lastre. Está el presupuesto, la falta de expertise dentro de la compañía en esta cuestión y la priorización (otras cosas son prioritarias antes que esto). Los costes son vistos como un gran problema, ya que un 45% considera que no se pueda ser creativo de forma eficiente por menos de 20.000 dólares.
A todo ello se suma que no se sabe muy bien todo el potencial que se le puede sacar a todo esto. Los anuncios interactivos, por ejemplo, son usados menos de lo que deberían serlo.
Por otra parte, las marcas y las empresas están aún intentando encontrar el formato y el tipo de contenido que les funcionará y que les permitirá conectar con los consumidores. Aunque los estudios no hacen más que recomendar que se sea breve y directo en los vídeos, ya que las ventanas de atención de los consumidores son cada vez más pequeñas, los marketeros están apostando de un modo bastante recurrente por vídeos más extensos. De hecho, la gran moda de los últimos tiempos es el vídeo animado. Las marcas están recurriendo al vídeo animado un poco más largo en sus anuncios para llamar la atención de los espectadores.
"La singularidad de usar animación te permite más libertad de acción a la hora de contar la historia de un modo que conecte con la gente", explica Tracee Larocca, vicepresidenta senior en Taco Bell en publicidad y brand engagement.
A ellos la jugada les salió bien y su vídeo publicitario sobre los orígenes del Día Nacional del Taco superó en semanas el millón de visionados. No son la única marca que lo está usando (en EEUU, la cuna de todas estas modas) y hay otros ejemplos, como KFC o la pasta de dientes Hello, que emplearon animación para presentar productos o destacar ciertas características.
A las marcas les está funcionando, porque pueden hacer un contenido más amistoso, amable y positivo. Transmiten su mensaje y conectan mejor con los consumidores.
