Opinión Marketing

¿Por qué creo más en el Marketing que en el Coaching?

Profesor en ESIC

Llevo años “impartiendo sabiduría” por aquí y por allá y el otro día decidí cambiar de bando; en vez de impartir fui a recibir, me apunté a un curso de Coaching.

Tenía curiosidad por saber un poco más de eso que todo el mundo habla. Que la prima de riesgo se dispara: Coaching. Que hay más paro que nunca: Coaching. Que no nos da para pagar la Sanidad y la Educación: Coaching. Pues, ya os digo, me inscribí en un cursillo de Coaching.

El tipo, aunque no era argentino, dominaba el arte de la oratoria y como en todo seminario moderno empezó definiendo qué es y qué no es Coaching, así hasta que llegamos a algunas conclusiones.

Coaching, no es consultoría porque el consultor aconseja y asesora. Coaching no es formación, porque en la formación el que sabe instruye al que no sabe. También explicó que Coaching no es mentoring, tutoring y unas pocas cosas más que acaban en ING y no son un banco.

Enseguida entendí lo que NO es; lo que es, me costó un poco más. Parece que puede ser muchas cosas y hay de muchos tipos.

Siempre se empieza por definir que quieres conseguir (OBJETIVOS, METAS…) y tener claro donde estás. Una vez hecho esto, hay que hacer un plan de acción con sus alternativas, ventajas, inconvenientes, medios, tareas…., teniendo en cuenta, claro, el entorno. Además, hay que tener voluntad y compromiso para conseguir lo que quieres conseguir.

Pasé una mañana agradable y aprendí algunas cosas, viendo transparencias de Alicia en el país de las maravillas (“Si no sabes donde vas…”), de Séneca (“No hay viento favorable….”), de Einstein (“Sólo los locos….”), Sócrates, Platón, Guardiola, carros de fuego , el club de los poetas muertos….. y muchos ejemplos de gente que ha hecho cosas extraordinarias, subir el Himalaya con un pie, nadar sin un brazo…., pero me pasó lo mismo que cuando bebo gin tonic sin limón, me falta algo.

Desde hace tiempo alguno de los que nos dedicamos al Marketing venimos cuestionando el concepto de planificación, porque si el futuro es incierto, si el entorno es convulso y en este plan….¿para qué vamos a planificar? De hecho venimos hablando que hay que pasar de la planificación estratégica de Marketing, al pensamiento estratégico; algo que no sabemos muy bien que es, pero que nos reconforta.

Cuando el entorno es estable, planificar es relativamente sencillo, cuando tu entorno vital está en calma hacer planes muy detallados y marcarnos unos objetivos muy claros puede tener sentido. Pero cuando estamos instalados en plena era de la incertidumbre, plantearse objetivos claros, concretos y concisos (Fue frase del formador) no se si tiene demasiado sentido.

El filósofo nos dijo aquello de “ yo soy YO y mis CIRCUNSTANCIAS “ y creo que en esto del coaching, al menos esa mañana, hablamos mucho del YO y poco de las CIRCUNSTANCIAS. Me marché con la sensación que si no consigues algo, la culpa es mía (del YO), y que las CIRCUNSTANCIAS son algo secundario, todo depende de la voluntad, del esfuerzo. El fracaso no existe, es que te has esforzado poco. Al final todo se arregla, esfuerzo, voluntad, optimismo, buen rollo….

No seré yo el que se ponga en contra de esto, pero creo que tiene más sentido partir de las circunstancias. No es necesario prever el futuro, si no simplemente intuirlo (¿Visión?) y a partir de ahí organizar nuestras acciones, sin demasiado detalle, como un medio.

Por eso prefiero el Marketing, donde ponemos el foco en el entorno y procuramos adecuarnos a él, donde distinguimos entre lo operativo, que cambia día a día; de lo estratégico que conviene darle cierta permanencia. Donde intuimos donde está el Norte, pero no lo vemos porque está muy nublado. Y qué para evitar dar bandazos, no definimos un plan muy detallado; si no que hemos acuñado un término, el Posicionamiento, que no parte de nosotros; sino de los otros, de las Circunstancias.

Pues eso.

Profesor en ESIC
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