Artículo Marketing

El iPhone vale tres veces más de lo que cuesta fabricarlo gracias al poder de su marca

Los consumidores no compran solo un terminal, sino que compran un terminal de Apple.

Por Redacción - 27 Septiembre 2016

Una de las constantes cuando se lanzan los nuevos modelos del iPhone es, además de una abrumadora cobertura mediática que hace que el terminal esté en prácticamente cualquier medio que cubra prácticamente cualquier cosa, es que los precios que acompañarán al lanzamiento serán muy elevados. Los iPhone son terminales de muy alta gama, por los que los consumidores están dispuestos a pagar muy elevadas cantidades. Parte de la experiencia de comprar un iPhone y de tener uno de estos dispositivos es, de hecho, el pagar una cantidad altísima por él (y fue esto lo que hizo que, en países como China, estos terminales se convirtiesen en productos aspiracionales), pero ¿se está realmente pagando un producto o se está pagando una marca?

Una firma de análisis, IHS Markit, acaba de hacer un despiece del iPhone 7 para determinar cuánto cuesta hacerlo y cuánto logra, por tanto, ganar Apple con cada uno de sus terminales. El más barato de los modelos del iPhone 7 sale por 649 dólares, mientras que fabricarlo solo sale por 225 dólares (220 de las piezas y 5 dólares el ensamblaje). ¿Cuál es la conclusión que se puede extraer de estos números? Como apuntan en Quartz, fabricar el iPhone solo cuesta una tercera parte de lo que Apple gasta en fabricarlo.

La versión del iPhone 7 es, sin embargo, una de las más caras de todas las versiones del iPhone en lo que a coste para Apple supone. Le supera únicamente el iPhone 6S Plus, que le costaba 236 dólares a Apple, y le siguen el iPhone original (217,73 dólares) y el iPhone 6 Plus (215,6). La subida del coste de estos terminales y especialmente del iPhone 7 se debe a las mejoras técnicas que se incluyeron en ellos. La pantalla del iPhone 7 tiene más brillo y es más eficiente, al tiempo que el propio terminal tiene una capacidad de almacenamiento de partida más elevada. Todo ello hace que el dispositivo le salga un poco más caro a Apple.

Y, aunque el precio de coste es elevado (en Quartz se pregunta cómo Apple habrá gastado tanto dinero en un terminal en los tiempos que corren) y aunque a todo esto hay que sumar otros costes de producto (como por ejemplo la inversión en marketing), para el consumidor la cuestión se quedará en únicamente que está pagando tres veces más de lo que Apple tiene que pagar para fabricar su iPhone de última generación.

Si a esto se suma que, cuando apareció el terminal y se anunciaron sus mejoras, muchos críticos comentaban que en realidad no era para tanto y que muchas de las cosas que tenía el nuevo iPhone ya las tenía desde hace tiempo unos cuantos terminales Android, la cuestión se vuelve mucho más interesante. ¿Por qué se paga tanto dinero por ese terminal de alta gama?

Lo que pagas es la marca

Los consumidores no compran solo un terminal, sino que compran un terminal de Apple. Lo que hace que se desembolsen altas cantidades de dinero en el terminal es que garantiza acceder a la experiencia Apple, hace que se entre en ese club de consumidores que consumen la marca y que se hacen con los productos de la misma.

La clave está en el poder de la marca Apple y en el trabajo que se ha ido haciendo durante los últimos años. Apple se asocia a ciertos valores y a ciertas realidades y sus productos se asocian con ellos a estos elementos. El consumidor no está pagando un smartphone de última generación que puede hacer esto y aquello otro sino más bien el último terminal de Apple y el último dispositivo de última generación de la compañía.

¿Pero seguirá esto dando resultado?

Seguir apostando a todo esto podría, sin embargo, no ser tan seguro como podría parecer, ya que la marca Apple está perdiendo en los últimos tiempos un tanto de brillo. De hecho, hay quienes empiezan a señalar ya que Apple se ha empezado a convertir en una marca aburrida, que en realidad no hace más que presentar el mismo producto una y otra vez con pocas mejoras y variaciones y que ha dejado de tener aquella garra de misterio y sorpresa que tenía hace unos años.

Apple está dejando de ser la marca que tomaba por asalto el mercado y lo cambiaba de arriba a abajo. Apple ha empezado a dejar de sonar diferente.Para algunos analistas, Apple está empezando a dejar de ser cool y a dejar de ser la marca más guay del mercado, como demuestran los últimos resultados financieros.

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