Artículo Marketing

Las marcas tienen que aprovechar su propia historia

Por Redacción - 22 Marzo 2017

En el mundo de las marcas y de las empresas no todas juegan en las mismas ligas y, en cierto modo, con las mismas reglas. Las recién llegadas, las que acaban de empezar, tienen que hacer un trabajo mucho más duro para posicionarse en el mercado y tienen que trabajar para encontrar su lugar en un entorno en el que hay muchísimos elementos y en el que resulta muchas veces muy difícil destacar en medio del ruido. Las marcas que tienen ya una larga vida juegan en una posición de ventaja.

Los consumidores suelen conocerlas ya y suelen además partir de una posición mucho más fácil. Los consumidores no solo las conocen sino que además saben de una forma bastante clara cuáles son los valores asociados a la marca en cuestión, cuáles son sus principales beneficios o cuáles son las posiciones que ocupan. A eso se suma que su larga historia suele hacer que sean marcas que tienen una historia más bien larga con el comprador. Muchas veces son marcas que se heredan, por así decirlo, de generación en generación y que se consumen porque ya antes las consumían padres y abuelos. En la relación entre unos y otros hay ya, por tanto, una cierta posición emocional y un cierto peso de los sentimientos.

Pero, a pesar de todo ello, las marcas y las empresas de toda la vida no deben confiarse y no deben asumir que ya tienen todo el trabajo hecho. Tener una larga trayectoria hace que se esté en una posición más fácil en algunos elementos, pero no en absolutamente todos. Y, además, tener una larga historia no implica que el trabajo de establecer a la marca, sus posiciones y su discurso se haya hecho ya para siempre.

¿Cómo posicionarse y qué hay que hacer?

Las marcas tienen que jugar con su propia historia y con su propia tradición para marcar su asunción de ideas y de principios. De hecho, tienen que ser capaces de ser consecuentes con su propia historia y con los hechos de su pasado. Coca-Cola habla de inclusión en sus anuncios desde los años 70 y Budweiser, que se hizo viral con un anuncio sobre emigrantes hace unas semanas, usa la propia historia del nacimiento de la marca.

A ello hay que sumar, como apuntan en el análisis, un cierto optimismo y una visión enérgica y de renovación. Por muy triste que sea el tema sobre el que se habla, hay que cerrar con la previsión de un final feliz en el futuro.

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