Artículo Marketing

Por qué las marcas y empresas no dejan de lanzar productos nostálgicos

Los consumidores están mucho más dispuestos a pagar por cosas nostálgicas

Por Redacción - 27 Junio 2017

En los últimos tiempos varios han sido los productos que han llegado al mercado que recuperan otros que aparecieron hace ya muchos años. En el caso de la televisión y las series, por ejemplo, es mucho más fácil ver la situación, ya que en los últimos tiempos se ha convertido en una especie de tónica dominante.

Netflix, que suele ser un marcador de elementos de moda, ha metido en sus últimas listas de estrenos series y más series que son o bien un remake de otras que se emitieron en el pasado o una continuación o series que recogen un cierto estilo de cosas del pasado, para dotarlas de ciertos aires nostálgicos. No son los únicos. En la última temporada de upfronts de la televisión estadounidense, la que marca la tónica de lo que va a ocurrir en el resto del mundo, los grandes protagonistas fueron los revivals y las versiones. Solo en 2016 ya se lanzaron 34 reboots de series del pasado.

Pero las versiones y las recuperaciones de cosas no solo están presentes en la tele, sino que son más bien un tanto ubicuas. Hasta la tecnología se ha entregado a la pasión por lo retro. Nokia ha lanzado una nueva edición de su clásico móvil de hace unos años, ese que todo el mundo cree que jamás se rompe. BlackBerry ha recuperado su teclado. Y Nintendo no hace más que sacar versiones de sus consolas del pasado.

La última que ha presentado es la Super Nintendo Classic Edition (SNES Mini), una consola que se venderá con 21 juegos clásicos y que llegará por tanto a ese público entregado a la nostalgia. "Aunque muchas personas de todo el mundo consideran que la Super NES fuera una de las mejores consolas jamás hecha, muchos de nuestros fans más jóvenes nunca tuvieron la oportunidad de jugar con ella", apunta uno de los directivos de la compañía. La consola costará 79,99 dólares, llegará en septiembre y tiene incluso un packaging retro.

Con ella llegará a esos jugadores que nacieron demasiado tarde como para probarla, y que quieren tener también esa experiencia, y lo harán, sin duda, a quienes tuvieron una en su infancia y quieren volver a recuperar la experiencia de jugar con ella.

Por qué funciona la nostalgia

Y ahí está la clave de parte del éxito de este boom de la nostalgia. Las memorias de infancia son un poderoso elemento motivador de la compra (tanto que hay quienes apuntan que la mitad de las empresas del ranking Fortune 100 ha trabajado con un experto en la materia para comprender mejor a sus consumidores). Los compradores conectan mejor con esos mensajes y con esos productos, ya que todas las cosas presentes en nuestra infancia no solo se ven con otros ojos, sino que además suelen estar ligadas a recuerdos más poderosos.

Esto es, esos productos activan mucho mejor nuestros recuerdos y son por tanto mucho más visibles. A todo eso se suma que esos productos están ligados a emociones más poderosas y despiertan rápidamente una avalancha de significados que los que consumimos en la edad adulta no poseen. De hecho, un estudio anterior señalaba que los consumidores están mucho más dispuestos a pagar por cosas nostálgicas: la nostalgia hace que seamos mucho más abiertos a gastar dinero en las cosas y que pongamos más alto el límite de lo que estamos dispuestos a pagar por ello. Con lo retro, somos mucho menos "agarrados".

A ello se suma que la nostalgia tiene un tanto de moda y un tanto de elemento generacional. Cierto es que la moda no es nueva. La cuestión del amor por lo retro y las cosas del pasado tiene un cierto cariz cíclico. Si se estudia la historia de la moda o la historia de la decoración, se pueden encontrar momentos en los que lo que despertaba pasiones era justamente lo que parecía retro. Pero ahora esa pasión nostálgica está marcada por un elemento demográfico. Los millennials son el motor de esta pasión por las cosas del pasado.

Algunos expertos han intentado ver una explicación muy ligada al momento en las razones por las que los millennials son tan entusiastas de lo retro y, sobre todo, porque están absolutamente obsesionados con todo lo que huela a años 80 o 90. Los miembros de la Generación del Milenio están, ahora que han cruzado a la edad adulta, haciendo cosas tan sorprendentes como pasar la tarde en un bar de cereales, comiendo cereales con leche como un desayuno infantil mientras en televisiones retro pasan capítulos de series que veían cuando eran niños. ¿Por qué?

Los expertos creen que es una especie de rebelión contra el mundo en el que les tocó vivir. Ellos son quienes más han sufrido la crisis económica y quienes han llegado a la edad adulta en el peor momento de todos, lo que ha hecho que sean quienes estén más abiertos a conectar con el pasado. Todas esas cosas que les recuerdan a sus infancias les hacen sentirse mejor. Les meten de vuelta en un mundo en el que parecía que nunca tendrían problemas.

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