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Por Redacción - 18 Septiembre 2017
La televisión está en crisis. La noticia no es nueva y lleva, de hecho, dando vueltas en los últimos tiempos por las recomendaciones de expertos, los estudios de analistas y los artículos de los medios de comunicación. La tele está cayendo ante el empuje de los contenidos online y ante el cambio generacional. Los millennials prefieren ver los contenidos bajo demanda y los espectadores más jóvenes que ellos no son muy diferentes. Tanto los niños como la Generación Z están escapando cada vez más al encanto de la tele.
Pero si había algo que mantenía a la tele, que seguía siendo su feudo, eran los deportes. Puede que las series no fuesen material de interés para los espectadores, o que los programas de entretenimiento ya no tuviesen el mismo gancho que en el pasado, pero, a pesar de todo, los espectadores no iban a renunciar a los deportes.
Los deportes son uno de los platos fuertes de la tele, el tiempo de contenido por el que pelean con uñas y dientes y por el que se puja con cantidades muy elevadas en un intento por conseguir conectar con las audiencias. De hecho, los deportes son el contenido que aspiran conquistar algún día los grandes de internet para blindar su peso y conectar con sus audiencias.
La televisión podría haber perdido sin embargo su seguro de vida. Los deportes ya no consiguen atraer a la misma audiencia que lograban atraer antes. Los datos llegan desde Estados Unidos, el mercado que marcó la pauta del cambio y en el que primero se registraron estos nuevos hábitos y esta crisis de la tele, lo que podría ser una nueva alerta a navegantes de hacia dónde irán las cosas en el resto de mercados en el futuro inminente.
¿Qué es lo que dicen los datos? Los espectadores de deportes, según cifras de Magna Global que recoge Business Insider, han empezado a envejecer. Los deportes siguen teniendo cifras de audiencia fuertes, cierto es, pero están compuestas cada vez más por espectadores de más edad. O lo que es lo mismo: los deportes, como le pasó antes a otros contenidos, están perdiendo a millennials y Z.
Por ejemplo, la edad media de algunos torneos ya está en los 50 años de edad, una cifra que no era la que tenían antes. Los espectadores de fútbol (a la europea) y de los partidos de la NBA siguen siendo relativamente jóvenes, según los datos, pero lo consiguen porque han logrado consolidar lo que en el análisis llaman un atractivo multicultural. Son las excepciones en un mercado que está escorando cada vez más a la mediana edad. En algunos deportes la media de edad de los espectadores ha envejecido en prácticamente una década si se compara con la media de edad de 2000.
Los espectadores más jóvenes prefieren mirar resultados desde sus móviles y ver los vídeos con los mejores momentos también desde sus dispositivos móviles, en lugar de seguir las tradicionales emisiones en televisión.
Las televisiones podrían estar empezando a perder así a lo que hasta ahora era una suerte de seguro de vida. Antes de entrar en pánico, eso sí, quizás deberían replantearse las emisiones y cómo conectan con la audiencia.
