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Una mala gestión de las redes sociales puede resultar nefasta para las empresas

Por Redacción - 15 Octubre 2012

A diario se publica algún artículo sobre las bondades del Social Media, cómo el tener presencia activa en las redes sociales puede ayudar a tu negocio; todo parece fácil, cuestión de coser y cantar.

Sin embargo no hay que olvidar que las redes sociales también tienen un lado oscuro, que una mala gestión puede conllevar una serie de contraindicaciones; hay determinados aspectos que tienes que tener en cuenta si no quieres que tu actividad en Social Media provoque un efecto contrario al esperado y acaben por dañar seriamente nuestro negocio. Tus perfiles en Social Media no están debidamente personalizados, su apariencia no se corresponde con su imagen corporativa. La imagen que transmites a través de las redes sociales no se identifica con la marca a la que representa; bien porque el logo no tiene la resolución requerida, o los colores empleados no coinciden con los colores corporativos. Esto puede puede perjudicar seriamente la imagen de una marca, así como transmitir un mensaje incoherente y confundir a los usuarios. La marca tiene una presencia idéntica en todas las redes sociales, ha adoptado el mismo mensaje para todas ellas. Cada red social tiene su propio lenguaje, su propio público objetivo, sus propias pautas de comportamiento. No se puede repetir exactamente lo mismo en todos los canales sociales, dado que en algunos de ellos no se entendería; por ejemplo, Twitter únicamente tiene cabida para 140 caracteres, por lo que las frases más largas aparecen cortadas; por su parte, no se entiende la presencia de hastags en Facebook, no tienen razón de ser. Tampoco es obligatorio que una empresa se haga omnipresente en todos los medios sociales; lo recomendable es que se tenga presencia activa únicamente en aquellos escenarios cuyo público objetivo se corresponda con el de la marca, donde realmente tenga algo que aportar. Por otra parte, resulta imprescindible que adopte las políticas de actuación propias de la red; ya sabes, "Allá donde fueres, haz lo que vieres". Quien gestiona las redes sociales no cuenta con la formación ni experiencia requeridas para el puesto. El Social Media es un altavoz de la comunicación de la empresa, por tanto, al mando deben estar profesionales cualificados, que además conozcan la empresa. Solo así sabrán cómo y cuándo actuar ante cada situación, pronunciándose realmente en nombre de la marca a la que representan. Es muy peligroso dejar la presencia en redes sociales a cargo de un becario, o de un empleado inexperto en la materia. Cualquiera puede tener abierto un perfil en Facebook, pero no todo el mundo está capacitado para gestionar una comunidad en representación de una empresa. Ausencia de planificación y de estrategia. En las redes sociales no hay lugar para la improvisación, no se puede actuar a salto de mata, sino atendiendo a unas pautas de comportamiento, desarrollada en una estrategia debidamente planificada, en función de unos objetivos previamente establecidos. El Social Media no es un juego de niños, ni se trata de un lugar donde probar suerte, sino donde actuar concienzudamente, sopesando previamente las consecuencias de cada paso. Establecer el monólogo como pauta de conducta preferente. La característica principal del Social Media es la bidireccionalidad, por lo que hacer caso omiso de los usuarios es el peor error que se puede cometer, el cual puede arruinar la reputación online de cualquier empresa. La interacción y el diálogo son la base del éxito de una marca en redes sociales, saber escuchar a sus seguidores, para poder conocerles y así atenderles como se merecen. Si hay problemas, no se puede esconder la cabeza bajo la tierra.Así únicamente conseguirás añadir más leña al fuego y favorecer que el problema crezca, alcanzando mayores dimensiones. Tienes que estará preparado para afrontar la situación, contar con un plan de crisis que te ofrezca unas pautas básicas de actuación, para a partir de ahí saber cómo gestionar el problema. No intentes desprestigiar a la competencia. Hablar mal de otra empresa o producto puede provocar un efecto boomerang y generar descrédito hacia la marca. En Social Media no tienen cabida las críticas sin fundamento, ni los ataques gratuitos; es un escenario donde intercambiar conocimiento, aportar valor y crear comunidad.

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