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Las 4 tendencias clave que impactarán en el consumo en Europa en 2018

Por Redacción - 11 Octubre 2017

Los consumidores son un elemento siempre cambiante y uno al que las empresas tienen que ajustarse. Sus preocupaciones cambian, los elementos que determinan sus decisiones también y sus acciones van igualmente cambiando para adecuarse a lo que cada vez les importa más. Igualmente, la propia sociedad cambia y se ajusta a los nuevos tiempos, lo que implica de forma indirecta cambios en el consumo y cambios en lo que las marcas y empresas deben hacer.

Y ¿cómo tendrán que cambiar las compañías en el futuro inmediato? El futuro, o al menos el futuro que llegará en unos meses, estará marcado por una mayor preocupación en términos de ecología o protección de datos o en una manera de conectar con los adolescentes. Estas serán las principales cuestiones que marcarán la agenda para las empresas europeas, como acaban de señalar los analistas de Mintel. La firma de análisis ha publicado las 4 tendencias clave que impactarán en el consumo en Europa en 2018.

El boom del reciclaje del plástico

O mejor dicho: cómo los océanos van a entrar en el consumo. "En el año próximo, campañas de lobby harán que los consumidores sean más conscientes de los mares de plástico y su impacto tanto en la vida marina como en su propia salud, mientras que las políticas harán que los consumidores europeos se centren en la conservación marina", explica uno de los analistas de Mintel. La conversación se centrará en el problema del impacto de los plásticos en el océano y esto hará que el tema se convierta en una cuestión de moda, algo de lo que todo el mundo estará hablando y un elemento con el que las compañías y sus estrategas tendrán que contar.

Porque en realidad no se tratará solo de que el tema entre en la conversación sino más bien de que se convertirá en un elemento cada vez más determinante en el consumo y en las decisiones de las empresas. Los analistas de Mintel no creen que se vaya a demonizar el plástico, pero sí que creará mucha más presión para que por un lado se comercialicen más productos reciclables y por otro para que se lancen iniciativas que promulguen un comportamiento sostenible. Las tazas desechables (esas que tanta fama han dado a algunas cafeterías) o el papel film si serán, por ejemplo, vistos con cada vez más malos ojos, mientras que en otros nichos de mercado, como los de la belleza, se empezarán a vender elementos marinos como sal o arena como la esencia misma de lo limpio y puro.

La preocupación por los datos

Los datos se han convertido en algo cada vez más importante y los consumidores se han convencido cada vez de la importancia que tienen. Puede que los responsables de las compañías hayan pensado que los datos ya estaban entre sus preocupaciones a lo largo de los últimos años, pero lo cierto es que la información y su uso se va a convertir en una de las tendencias dominantes en sus actuaciones en el año que viene. Las preocupaciones de los consumidores serán cada vez mayores y eso tendrá un efecto en lo que ocurre. Por un lado, los propios consumidores son cada vez más activos a la hora de gestionar la información y protegerse. Por otro, el tema ha entrado directamente en la estrategia legislativa europea, en la que pronto se obligará a las empresas a tomar más medidas relacionadas con los datos y su uso.

Esto ocurrirá al mismo tiempo que aparecerán más fuentes de datos y de información, como ocurre con la creciente popularidad de wearables y smart TVs, lo que llevará a que las empresas se muevan por un terreno todavía más resbaladizo.

El nacimiento de los teenaiders

Los adolescentes han sido desde siempre uno de los elementos que preocupan a marcas y empresas y con los que quieren conectar porque comprenden su importancia en el consumo. Lo que cambiará en el futuro inmediato es su posición y sus responsabilidades en esa relación. Las compañías tendrán que asumir una nueva función, la que en el análisis han bautizado como teenaiders, un juego de palabras en inglés entre adolescentes y quienes los ayudan. A medida que los adolescentes están más marcados por el estrés y la angustia relacionados con elementos ligados a la imagen, la salud y el trabajo, las empresas tienen que cambiar sus posiciones y convertirse en más quienes los ayudan. Los adolescentes buscan que las compañías y sus productos lo hagan y a las empresas no les quedará más remedio que asumir esas posiciones.

A eso se suma que los adolescentes son cada vez más conscientes de la presión y del impacto negativo que pueden tener las redes sociales y la representación en los medios, lo que los convierte en unos consumidores más informados.

Las cuentas claras

Las empresas tendrán que pagar el cambio social que ha producido el boom de las noticias falsas, el contexto político y el universo de la postverdad. Los consumidores exigen cada vez más transparencia y que sea mucho más fácil acceder a la información. Todo ello hará que las empresas tengan que ser cada vez más accesibles en lo que a información se refiere. Encontrar la información tendrá que ser más sencillo que nunca y no se podrá ocultar lo que se hace y cómo se hace. Que las compañías hayan empezado a publicar información sobre lo que ocurre entre bastidores no es casualidad: es el primer paso para responder a esta nueva tendencia.

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