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Todos hemos escuchado alguna vez esa frase de “El Contenido es el Rey”. No vamos a entrar a comentarlo, puesto que ya se ha escrito y hablado mucho sobre ello, y además, no cabe ninguna duda de que esa afirmación es total y absolutamente cierta.
El Contenido es el rey y el contexto la reina, pero también hemos clasificado en este arbol real genealógico a la Frecuencia y promoción, como los hijos de los Reyes del Marketing de contenidos. Sin embargo no cabe duda de que la forma en la que escribimos nuestros artículos es también un digno herederode tal corona.
Cuando éramos pequeños, los profesores hacían muchísimo hincapié en la importancia de que tuviésemos una buena ortografía, haciéndonos escribir cientos y cientos de veces en el cuaderno de dos rayas, para mantener la caligrafía ordenada, donde ningún trazo de ninguna letra fuera mayor que otro, y para que no nos saliésemos de esa guía.
Pues bien, hoy en día ya no escribimos en cuadernos de dos rayas ni hacemos números en papel de cuadros. La tecnología ha facilitado mucho la escritura comprensible y legible a aquellos que tienen una letra difícilmente legible, ya que los ordenadores son los que escriben por nosotros en programas como Word, aunque los pensamientos y la forma de expresarnos sigue siendo nuestra por completo.
Otro aspecto en el que los profesores insistían mucho era en la expresión y en la redacción. Al igual que se nos requería que nuestras redacciones acerca de cómo pasábamos el verano fuesen coherentes sintácticamente hablando, ahora, en este mundo digital donde se crea y se comparte a diario tantísima cantidad de contenidos es preciso que apliquemos aquellas normas que aprendimos de pequeños.
Precisamente por la ingente cantidad de contenidos presentes en toda la web debemos ser capaces, como creadores, de diferenciarnos. Esta diferenciación no solo consiste en abordar temas que nadie haya tratado anteriormente o aportar puntos de vista distintos acerca de cuestiones que ya se han hablado antes (es preciso señalar que lo primero es prácticamente imposible, aunque existen algunos casos). Una forma de diferenciarnos es establecer una comunicación con nuestra audiencia fácil de seguir mediante el correcto uso del idioma.
Es necesario recordar que un post es una de las tarjetas de presentación más efectivas que podemos tener con nuestra audiencia y con otros profesionales, por lo que es imprescindible que cuidemos su forma y su contenido, aunque no sean muchos precisamente los que cuidan la manera en que se suele escribir. Por este motivo es muy importante usar un lenguaje comprensible, huyendo en la manera de lo posible de tecnicismos innecesarios y haciendo fácil la comprensión de los textos, aunque sin caer en vulgaridades ni expresiones demasiado coloquiales, ya que esto provocará en el lector una extraña sensación de “colegueo” que en determinados momentos está bien, pero no en otros.
Aunque no sea yo precisamente quien predica con el ejemplo, es recomendable escribir párrafos cortos, con oraciones breves y pocas subordinadas. Lo fundamental para nosotros como bloggers es escribir de manera correcta, sin faltas de ortografía ni errores morfosintácticos.
¿Qué opinas tú?
