Artículo Publicidad

La publicidad con buenas intenciones también tiene sus límites

Las marcas se han lanzado a los anuncios con principios para conectar con los consumidores, pero no todo vale en este terreno

Por Redacción - 16 Mayo 2017

Uno de los formatos publicitarios que más ha triunfado en los últimos tiempos y que se ha convertido casi en un lugar común de lo que hay que hacer es la publicidad "con intenciones". La última pausa publicitaria de la SuperBowl, uno de esos barómetros de lo que triunfará durante el año en publicidad, estuvo llena de anuncios con principios y valores que se posicionaban en el universo altamente politizado de la resaca de la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses. Y, por supuesto, en los últimos tiempos muchas han sido las compañías de productos de belleza e higiene que han conectado con sus consumidores usando este reclamo. Always, Pantene o Dove llevan años haciendo publicidad de empoderamiento de la mujer y acumulando réditos en imagen de marca por ello.

¿Por qué ocurre esto y por qué las marcas se han volcado en este tipo de contenidos? La razón es una mezcla de lo que unos esperan y lo que los otros quieren trasmitir. En los tiempos que corren, y especialmente ahora que los millennials han entrado en el consumo, las marcas y las empresas tienen que presentarse con ciertos valores. Los consumidores ya no quieren marcas que únicamente buscan hacer caja y que simple y llanamente quieren ganar más y más dinero con lo que hacen. Ahora esperan que las marcas y empresas sean algo más, que defiendan posiciones claras y que el consumirlas sea algo más que un simple proceso de compra. Quieren que las marcas entiendan el mundo como ellos mismos lo hacen.

Y esto tiene un impacto no solo en cómo se organizan a la hora de llegar al consumidor (muchas de estas empresas han empezado a mostrar que tienen ideales en la producción o a organizarse de forma mucho más ética) sino también en cómo ultiman sus mensajes. Los anuncios ya no son solo mensajes de lo buenos que son sus productos sino también pequeños manifiestos.

"Vemos que es nuestra obligación intentarlo y cambiar el mundo. Todas nuestras marcas interactúan con millones de personas cada día y tenemos la escala para llegar a un montón de gente e influir positivamente en sus opiniones", apunta Cindy Tervoort, la máxima responsable de marketing de la compañía en Reino Unido (el país de origen de la campaña), que también sin embargo recuerda que "no estamos diciendo que se va a conseguir la paz mundial" con la campaña.

De hecho, la directiva insiste en sus declaraciones a Marketing Week en la importancia de que el consumidor sepa que ellos no tienen la respuesta a todo y que no se pueden solucionar los problemas con una cerveza. Las marcas tienen que ser humildes en el impacto y el trabajo que pueden hacer.

Más Leídos
Semanal
Mensual
Anual
Continua Leyendo...
Contenidos Patrocinados
ADS
Promocionados