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La publicidad digital, con sus diferentes formatos, es un recurso empleado para alcanzar a un público mucho más segmentado que el que se alcanza con la publicidad tradicional. Este tipo de publicidad ha tenido un crecimiento constante en los últimos años. Durante su desarrollo se ha encontrado con quienes que están a favor de esta y miden su crecimiento como un indicador para demostrar que el marketing digital funciona; y con quienes ven a la publicidad en la web como un elemento poco efectivo y de intromisión.
El usuario que navega en internet o en las redes sociales se encuentra a diario con banners y recomendaciones sociales. Pero, qué sucede cuando las marcas, a través de su publicidad digital, invaden demasiado nuestras vidas. Definitivamente la situación se vuelve incómoda, como cuando el amigo que conociste hace poco te sigue a todos lados. Es entonces que pedimos a gritos: "Mantén tu distancia". Lo mismo pasa en el internet.
¿Qué sucede?
La respuesta es simple: Los usuarios quieren que se respete su privacidad y también su tiempo. Una publicidad que está mal planteada por la agencia o, por las exigencias de la empresa, puede llegar a ser agobiante e incluso, aborrecida. Esto no solo afecta a los usuarios, sino también a la empresa, pues se puede llegar a destruir cualquier lazo que exista entre la marca y su público.
Observemos algunos de los indicadores que tiene la mala publicidad digital a la hora de aparecer en nuestras pantallas:
Falta de claridad y ética
Ocurre cuando al navegar en la web vemos una publicidad que vende un producto interesante y le damos clic para conocer más sobre este producto. Sin embargo, luego de unos segundos se nos redirecciona a un landing page con más banners y se nos pide, de manera descarada, que llenemos un formulario para conocer el producto en sí. Muchos pasos para tener información que al final se traduce en una pérdida de tiempo. Si vemos esta publicidad otra vez es más que seguro que no le prestaremos atención, y mucho menos a la marca.
Otra falta de transparencia se sitúa en el terreno de "estafa" son las conocidas: "Gana 10 dólares por un clic" o "Eres el usuario un millón. Reclama tu premio rellenando tus datos". Aunque suene poco creíble que alguien considere que encontró una mina de oro, esto sí sucede y puede generar problemas vinculados a la privacidad. Este tipo de publicidad, realizada por personas o empresas de poca reputación, hace que las personas se sientan reacias e inseguras frente a la publicidad en web.
Exposición indeseada
Desde que la publicidad llegó al internet ha tenido diferentes formatos y también distintas formas de intromisión. Últimamente, se ha visto páginas en donde primero se muestra la publicidad en pantalla completa, para luego mostrar el contenido que queríamos ver.
Cerramos la página con un sentimiento de sinsabor. Seguimos navegando y nos topamos con top banners, pop up, skycrappers de la misma marca. Es casi una invasión o una mala estrategia que ha hecho una agencia digital usando Google Blast. Hay que recalcar que las herramientas son solo eso y el uso de ellas, para bien o para mal, lo hacen las agencias.
Esta situación nos hace pensar seriamente en buscar algún bloqueador de publicidad.
El "spam marketing" como medio de la publicidad digital
El "spam marketing" es la forma extrema del email marketing. Esta última es una técnica muy utilizada, que en el caso de aplicarse correctamente brinda grandes resultamos. El problema es que diversas empresas obtienen los correos electrónicos de las personas sin su autorización. Es así como muchos consiguen su ansiada lista de email marketing, o lo que es peor, compran una base de datos de correos electrónicos. El resultado se traduce en que el usuario recibe una publicidad que no quiso a través de un email, por una marca que conoce poco, o que conocía pero ahora detesta por enviarle cosas que no le interesan.
Mala segmentación
La mala segmentación del público objetivo ocasiona que recibamos una publicidad indeseada. Estamos en páginas cuya publicidad nos causa molestia por el contenido tan irrelevante que presentan. Un claro ejemplo de esto es ver publicidad de productos japoneses en un video de tecnología en español.
No estoy en contra de la publicidad online, es más, creo que ayuda a conocer productos y servicios que son acordes a nuestras preferencias y aspiraciones, pero aplicar una mala estrategia digital en donde la publicidad se use indiscriminadamente solo para satisfacer a la empresa es contraproducente, y a la vez nocivo para los usuarios de internet.
Es mejor replantear qué es lo que queremos como empresas: Exposición de marca a toda a costa o una verdadera conexión con el cliente.
